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¿Por qué estudié biología? La respuesta corta sería porque me siento parte de la naturaleza y necesito entender cómo funciona. Pero si quieres conocer en detalle el proceso que llevó a estudiarlo y trabajar en ello … continúa leyendo!
LA ESCUELA Y LO QUE NO ES LA ESCUELA
Desde muy pequeña siempre he mostrado un gran interés por los animales, como casi todos los niños y niñas, supongo. Sentía una gran curiosidad y fascinación por cómo eran, por qué se comportaban así, donde vivían. Disfrutaba (y disfruto) mucho de las salidas que hacía en el bosque, donde podía encontrar fácilmente animales pequeños y observar cómo movían las antenas los insectos, como cantaban los pájaros y qué difícil resultaba encontrarlos … Así que mis libros favoritos de infancia eran aquellos que explicaban curiosidades sobre ellos. También desde muy pequeña mis padres me inculcaron un gran respeto por los demás seres vivos, así que siempre me he sentido parte de la naturaleza y cada vez que es dañada me toca de manera personal.
De niña un hecho que me impactó fue la visita al Museo de Ciencias Naturales y el Museo de la Ciencia de Barcelona: además de animales, el mundo tenía un montón de fenómenos maravillosos y que además, tenían una explicación. No sabía qué quería ser de mayor, pero algo estaba claro: llegada la hora de escoger en la escuela, haría ciencias puras. Me causó cierta tristeza que muchas alumnas escogieran letras puras por el simple hecho de que ya no harían matemáticas. Pero gracias a esto, tuve la suerte de ser pocas alumnas en clase y tener profesoras que transmitían el conocimiento científico con la misma pasión que yo los recibía. Si estás en el instituto y tú también tienes que escoger, aunque alguna asignatura o profesor te eche atrás, si sientes que la ciencia en general y la biología en particular son para ti, no lo dudes y hazlo. Con trabajo y perseverancia se puede conseguir casi todo; además, elijas el camino que elijas siempre habrá alguna asignatura que no te guste o acabe de convencer.
LA UNIVERSIDAD
Debo confesar que mi primera opción para la universidad no fue biología. Mi entrada en la universidad fueron una serie de contratiempos que supe convertir en ventajas y me llevaron a estudiar biología, decisión que debería haber tomado desde el primer momento. ¿Qué quieren ser los niños a los que les gustan los animales? Exacto, veterinarios. Esta era mi primera opción, y la segunda, biología. Afortunadamente (porque ahora sé que no hubiera podido ser veterinaria, vocacionalmente hablando) no me llegó la nota de corte después de la Selectividad. De hecho, la nota más baja que saqué en las pruebas de acceso fue en el examen de… ¡biología! Además, tampoco tenía nota para ninguna universidad de mi ciudad, así que tuve que cambiar las opciones e ir a estudiar a otra ciudad, cosa que tira mucho para atrás cuando tienes 17 años. Pero lo que había empezado como un mal trago, ha sido una de las mejores experiencias de mi vida, ya que esta independencia forzada me hizo crecer rápidamente como persona y estudiar en una facultad nueva en ese momento y poco masificada, donde tuve acceso a equipamientos y materiales nuevos.
Nada más comenzar la carrera recuerdo una charla nada motivadora de la rectora: “habéis elegido una carrera de la que no hay trabajo, no tiene salidas laborales“. Yo no sabía de qué quería trabajar. Sólo quería saber cómo funcionaba la vida. Si tenía que acabar trabajando de algo que no me gustaba, al menos, habría estudiado algo que me gustaba. Dos cosas tenía claras: no quería ser profesora ni especializarme en nada: la biología era demasiado amplia como para dedicar la vida a estudiar un solo tema. Quizás fue un error, ya que de esta manera me cerré puertas a hacer un doctorado ya hacer contactos dentro de la universidad que me hubieran podido encaminar para la vida laboral. No esperes a terminar la carrera: comienza a establecer contactos e infórmate todo lo que puedas sobre el mundo laboral del biólogo desde muy pronto.
¿Qué me aportó la carrera? Pues que no sólo los animales son interesantes, sino absolutamente todo: plantas, hongos, bacterias, ecosistemas, genética… todo funciona de una manera fascinante y hermosa, e incluso los errores de la naturaleza y las preguntas sin respuesta esconden cosas maravillosas.
EL TRABAJO
Pues no era exactamente cierto que no había trabajo de bióloga. Ya antes de terminar la carrera, el hecho de estar estudiando biología me permitió empezar a trabajar de educadora ambiental. No es lo primero que tenía en mente hacer, pero descubrí la gran recompensa que tiene transmitir conocimientos y cómo se puede incentivar esa curiosidad y sorpresa que yo tenía de pequeña en otros pequeños. Durante aquel primer empleo, para sacarme la espinita estudié el curso de Auxiliar Técnico Veterinario, lo que me permitió trabajar al aire libre con fauna salvaje. Aunque es un trabajo a veces poco agradecido (la mayor parte del tiempo es limpiar los recintos de los animales), liberar un animal en la naturaleza que has cuidado durante su recuperación no tiene precio.
Presionada por el prejuicio de que “de la biología no se puede vivir si no eres profesor”, quise probar suerte con un Máster sobre Estudios de Impacto Ambiental. De nuevo, no establecí contactos laborales ya que trabajaba de educadora y no accedí a ninguna práctica en empresa, aunque no sé si me sentiría cómoda trabajando en una consultoría. Si no estás seguro de si te gustará, estudiar algo para acceder a trabajos con un sueldo a priori más elevado, creo que es un error.
Así que he seguido divulgando biología y ciencia en diferentes centros. Como decía el gran Carl Sagan, después de todo, cuando estás enamorado, quieres contarlo a todo el mundo.
La experiencia profesional me ha hecho ver que definitivamente los niños son el futuro, y los adultos también debemos seguir formándonos para entender que si no respetamos la vida, todo el mundo sale perjudicado. Y una manera de no cometer errores por ignorancia o miedo, es abrirnos al inmenso campo de conocimiento que nos aporta la biología. Ser sostenibles y respetuosos con el resto de seres vivos también nos hace mejores personas para con otras personas.
EL FUTURO
¿Y qué pasa si al final no te acaba de convencer la rama que estudiaste, o el trabajo o el proyecto que iniciaste no puede o no lo quieres continuar? Pues que seguro en la biología encuentras otro campo que te interese o según el momento actual tenga más salidas laborales. Que de opciones, hay muchas: trabajar en el campo, en el laboratorio, en un entorno natural completamente desconocido, haciendo estudios de conservación, de fauna, de botánica, de investigación biomédica, de docente formal o no formal, de genética, consultoría ambiental … Quizás deberás reciclarte un poco y volver a estudiar para acceder a ciertos puestos de trabajo, pero nunca es demasiado tarde para cambiar. La biología, como cualquier otra temática por la que sientas pasión, acaba siendo un estilo de vida, de ver el mundo, más que algo que estudias para tener luego un trabajo. Y si al final no trabajas de nada relacionado con la biología, continuarás teniendo esos conocimientos que te hagan disfrutar y entender el mundo cada vez que salgas a la naturaleza o aparezcan nuevos descubrimientos.
Muy interesante tu texto sobre porque eres biologa! Yo tambien estudié biologia, pero desafortunadamente no pude terminar la tesis de maestria (o equivalente) por lo cual quizas no me pueda llamar biologo pero igual, la fasinacion por el mundo de la naturaleza siempre me ha captivado y lo sigue haciendo! Tu texto es una buena inspiracion y creo que lo lei en el momento preciso y para quien le interesa o quiera saber mas sobre biologia, es excelente!
Buen trabajo Mireia
Muchas gracias por tu comentario Cristian!
Ser biólogo no es sólo un título, pero si quieres y puedes terminar tus estudios, te animo a hacerlo, nunca es tarde!
Un saludo
Genial articulo. Siempre me gustaron los documentales de vida silvestre y paleontologicos, por satisfacer a otros no seguí mis sueños ahora soy un infeliz joder no puedo volver el tiempo atrás.