Hoy se cumplen 79 años de la muerte del último tilacino conocido, Benjamin, en el zoo de Hobart (Tasmania). El tilacino, lobo marsupial o tigre de Tasmania es uno de los ejemplos clásicos de animales extinguidos por los humanos. Su fama se debe a su extinción relativamente reciente, a su anatomía atípica ya que existen imágenes en movimiento del último ejemplar, lo que transmite cierto desasosiego al saber que ya no existe. ¿Quieres conocer sus peculiaridades, las causas de su desaparición y las investigaciones sobre su posible clonación?
EL TILACINO, UN MARSUPIAL
A pesar de sus múltiples nombres, el tilacino (Thylacinus cynocephalus*) no estaba emparentado ni con los lobos ni los tigres (mamíferos placentarios), ya que se trataba de un animal marsupial. Los marsupiales son un infraorden de mamíferos en que la cria nace en una etapa muy temprana de su desarrollo, casi en estado de embrión. Los representantes más conocidos son los canguros, koalas, wallabys, zarigüeyas y bandicuts.

Después de una gestación muy corta, el recién nacido se desplaza hasta uno de los pezones de la madre donde se queda agarrado varios meses. En la mayoría de los marsupiales, los pezones -y por tanto la cría- están protegidos por una bolsa llamada marsupio. Cuando la cría completa su desarrollo, soltará el pezón y saldrá del marsupio a explorar el exterior. Observa en el siguiente vídeo el nacimiento y migración del embrión de un canguro rojo:
DESCRIPCIÓN
El tilacino era originario de Australia y Papúa Nueva Guinea, aunque en el siglo XVII (llegada de los colonos europeos a Oceanía) sólo se encontraba en Tasmania.

Se trataba de un animal con rasgos físicos de lobo, tigre y canguro debido a la evolución convergente, lo que lo convertía en un caso único y un enigma para la ciencia antes de conocerse su taxonomía. Su pariente más próximo es el diablo de Tasmania (Sarcophilus harrisii).
Tenía aspecto de perro grande con una cola gruesa y rígida. Su peso era de unos 30 kgs de media. El pelaje era corto, de color pardo grisáceo y con 13-20 rayas negras verticales en la parte trasera. Se estima que vivían entre 5 y 7 años en libertad.

Era capaz de dar saltos bípedos y mantener la postura erguida durante breves lapsos de tiempo. También eran buenos nadadores. La anatomía del tilacino cuando se ponía de pie, con la cola apoyada en el suelo, recuerda al canguro como atestigua la siguiente filmación de 1933:
ALIMENTACIÓN
El tilacino era exclusivamente carnívoro, alimentándose de canguros, emús, wallabies y wombats. Era un cazador solitario y crepuscular, que atrapaba a sus presas mediante emboscadas, ya que no era muy veloz. Podía girar la palma de la pata igual que hacen los gatos. Este mayor movimiento de la pata les habría permitido someter más fácilmente a la presa después de un ataque por sorpresa. Por contra, animales con menor movilidad en la pata, como algunos cánidos, prefieren la persecución a la emboscada y a menudo cazan en manada.

Otra característica única era la capacidad que tenía para abrir la boca. Dotada de 46 dientes, las potentes mandíbulas podían abrirse en un ángulo de 120 grados, lo que le permitía tragar trozos de carne muy grandes.

Observa en el siguiente vídeo de el último registro en movimiento de Benjamin y su compañero de jaula (1933), de donde se ha obtenido la captura anterior:
Para ver los 7 vídeos que se conservan de este fantástico animal, entra en The Thylacine videos.
REPRODUCCIÓN
Los tilacinos podían reproducirse de junio a diciembre. Nacían de 2 a 4 crías por camada, que pasaban 3 meses en el marsupio pero seguían dependiendo de la leche de su madre 9 meses más. A diferencia de muchos marsupiales, en el tilacino el marsupio se abría hacia la parte trasera del cuerpo.

EXTINCIÓN
Los aborígenes australianos ya conocían y cazaban el tilacino, como se puede ver en su arte del 1000 a.C. Las primeras posibles huellas de tilacino descubiertas por europeos datan de 1642, aunque no fue hasta 1808 que se hizo una descripción detallada de la especie.

Hay diversas hipótesis que apuntan a la extinción del tigre de Tasmania, en la mayoría, los humanos somos los principables culpables. Igual que pasa actualmente con el lobo en España, el lobo marsupial fue rápidamente acusado de matar ganado, por lo que se ofrecían recompensas por animal abatido y fue objeto de una caza intensiva. Estudios posteriores han concluido que su mandíbula no era lo suficientemente fuerte como para matar una oveja adulta.

Con la colonización de Australia, el hábitat y las presas del tilacino se vieron disminuidas drásticamente. También fueron víctimas de especies introducidas en el continente por los humanos, como los perros, zorros y los dingos (subespecie de lobo). Es posible además, que sufrieran algunas enfermedades que los llevaran a la muerte.

En 1920 los tilacinos ya estaban al borde de la extinción. En 1930, fue cazado por un granjero el último ejemplar salvaje conocido y el 1933 llegó al zoo de Hobart el apodado Benjamin. En 1936, lo olvidaron fuera de su jaula y no sobrevivió a las gélidas temperaturas de la noche. 59 días antes, había sido aprobada de manera oficial la protección de la especie.

Tras los 50 años que exige la comunidad científica sin ningún avistamiento o prueba de su existencia, el tilacino fue oficialmente declarado extinto por la IUCN en 1986. Muchos dicen haber visto al tilacino e incluso grabado alguno en libertad, pero no hay pruebas definitivas al respecto.
INVESTIGACIÓN ACTUAL
La International Thylacine Specimen Database es una base de datos internacional que recopila todos los registros existentes del tilacino (ejemplares disecados, huesos, fotos, vídeos…). Desde 1999, ha habido intentos de volver el tilacino a la vida mediante técnicas de clonación, que han resultado infructuosos. En 2008 científicos australianos consiguieron extraer ADN de ejemplares conservados en alcohol y activar un gen implantándolo en un embrión de ratón y en 2009 se publicó la secuenciación completa del ADN mitocondrial. El difícil objetivo es activar el genoma completo del tilacino, para tener una posibilidad de real de clonarlo. Pero en caso que suceda, ¿qué implicaciones éticas, económicas y científicas tiene la reaparición de una especie ya extinta? El debate sigue abierto.
*Thylacinus cynocephalus proviene del griego θύλακος (thylakos, “bolsillo”) y κυνοκἐφαλος (kinokefalos, “cabeza de can”).
REFERENCIAS
- Animal. Clutton-Brock, Juliet et al. 2002. Animal. Pearson Educación
- ¿Qué era en realidad el tilacino?
- The thylacine museum
- El último tilacino
- El misterio del último lobo marsupial
- Tasmanian tiger’s jaws were too weak to kill sheep
- Extinct Tasmanian tiger could roar back into life after DNA is implanted into a mouse
- Resurrection of DNA Function In Vivo from an Extinct Genome
- Imagen de portada por Robb Kendrick
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