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Genitales animales: anfibios, reptiles y mamíferos

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Después de la primera entrega sobre los genitales de aves y peces, cerramos capítulo sobre las curiosidades de los penes, vaginas y demás órganos reproductores de anfibios, reptiles y mamíferos.

GENITALES EN ANFIBIOS

Como ya vimos en el artículo anterior, la cloaca es el orificio donde confluyen los aparatos digestivo, reproductor  y excretor. Todos los anfibios poseen cloaca, así como los reptiles, aves y algunos peces (tiburones y rayas) y mamíferos. Las larvas de los anfibios se caracterizan por sufrir una gran transformación conocida como metamorfosis.

No te pierdas el exitoso artículo sobre anfibios ladrones de esperma.

ANUROS

De reproducción externa, el apareamiento de muchos anuros se produce en el agua. En los anuros (anfibios sin cola, como las ranas) el macho, de menor tamaño que la hembra, se agarra a la hembra firmemente. Este abrazo se denomina amplexo. Las contracciones de la hembra al expulsar los huevos estimulan al macho para rociarlos de esperma en el mismo momento que son expulsados. Los huevos quedan unidos por una masa gelatinosa que adquiere diferentes formas según la especie.

Amplexo de Litoria xanthomera. Foto: Rainforest harley

Las ranas macho del género Ascaphus tienen una pseudocola que no es más que una extensión de la cloaca. Esto les ayuda a evitar pérdidas de esperma en las aguas de gran corriente donde viven, al depositar el esperma dentro de la cloaca de la hembra. Son pues los únicos anuros con fertilización interna.

Rana con cola (Ascaphus truei). Foto: Mokele

URODELOS

Casi todos los urodelos (anfibios con cola, como salamandras y tritones) presentan fecundación interna. El macho se sitúa delante la hembra y libera unos sacos (espermatóforos) que contienen los espermatozoides. La hembra camina sobre uno de ellos, lo recoge con los labios de la cloaca y los situa en la espermateca, una cavidad donde los espermatozoides esperan a que los huevos pasen por la cloaca para irlos fecundando. La hembra pone los huevos fecundados uno a uno pegándolos en plantas acuáticas, excepto en algunas especies de salamandra, en las que la hembra los retiene y nacen larvas vivas (ovoviviparismo).

Espermatóforos de salamandra (Ambystoma sp.). Foto: Placeuvm

ÁPODOS

Los ápodos o cecilias son anfibios sin patas con fecundación interna, pero a diferencia de los anuros se produce inseminación interna.  Esto es posible gracias a una pseudo-falo (phallodeum) que tienen los machos, que insertan en la cloaca de la hembra durante dos o tres horas.

Phallodeum de una cecilia. Foto cedida por: Danté Fenolio

En las especies ovíparas (25%), los huevos son custodiados por la madre, el resto de especies son ovovivíparas (75%). En algunas especies ovovivíparas las crías ya nacen metamorfoseadas, en otras como larva. Durante su estancia en el interior de la madre, se alimentan de células del oviducto, que raspan con sus dientes especiales. En el caso de la especie ovípara Boulengerula taitana, las larvas se alimentan de la piel de la madre lo que les permite crecer 10 veces su tamaño en una semana.

GENITALES EN REPTILES

REPTILES ESCAMOSOS

Los reptiles escamosos (orden Squamata), es decir, lagartos, serpientes y anfisbenas (culebrillas ciegas) poseen el pene dividido en dos: es lo que se conoce como hemipene. Se mantiene guardado en el interior de la cola y sale al exterior durante la cópula gracias a los tejidos eréctiles. A pesar de ser doble, durante la cópula sólo introducen en la hembra una de las partes, aunque pueden hacerlo alternativamente. Los extremos pueden ser lisos o presentar púas o estructuras para asegurar el agarre a la cloaca de la hembra.

Lagartija vivípara (Zootoca vivipara) con los hemipenes a la vista. Foto: Charlesjsharp

TORTUGAS

En algunas tortugas marinas, la cloaca conserva la capacidad de intercambio gaseoso, en otras palabras, de respirar. El agua pasa lentamente por ella, lo que permite recoger el oxígeno y llevarlo hasta los pulmones.

Las tortugas macho poseen un pene simple que está plegado en dos en la cloaca, dentro de la cola, por lo que la cola de los machos es más gruesa y larga que la de las hembras. Durante la erección, se llena de fluido, se despliega y sale al exterior, alcanzando un tamaño comparativamente bastante grande.

Pene de tortuga mediterránea (Testudo hermanni). Fuente

COCODRILOS

Los cocodrilos tienen un pene rígido (siempre en erección) escondido dentro del cuerpo que, sale disparado como un resorte al exterior en el momento de la cópula y se oculta de nuevo a la misma velocidad. Según este estudio, el tejido fibroso y colágeno del pene permitiría la no existencia de erección y de tumescencia en el aligator americano.

En este vídeo se puede observar cómo emerge el pene de un aligator americano durante su disección, al tocar el nervio pélvico.

GENITALES EN MAMÍFEROS

MAMÍFEROS MONOTREMAS

Los monotremas son los mamíferos más primitivos, con algunas características reptilianas, como la puesta de huevos y la presencia de cloaca. Ornitorrincos y equidnas son los representantes más conocidos.

El pene de los monotremas tiene 4 cabezas, aunque no todas pueden funcionar simultáneamente. Se usa sólo la mitad, es decir, dos cabezas cada vez. En el caso del ornitorrinco sólo funciona el lado izquierdo, ya que la hembra sólo tiene funcional el ovario izquierdo.

Pene de equidna. Fuente

MAMÍFEROS MARSUPIALES

Los marsupiales son aquellos mamíferos en los que la cría termina su desarrollo en el marsupio, una especie de bolsa que poseen las hembras donde se encuentran las mamas. Los más conocidos son los canguros, koalas, zarigüeyas y el extinto tilacino.

Generalmente las hembras tienen dos vaginas, que encajan con los penes bifurcados de los machos, que se retraen dentro del cuerpo en forma de S cuando están en reposo. Los penes de los marsupiales, a diferencia de algunos placentarios, no poseen ningún hueso en su interior.

Pene de zarigüeya. Foto: Ellen Rathbone

En el caso de los canguros, las hembras poseen tres vaginas (que se unen en una sola abertura al exterior) y dos úteros. Las dos vaginas laterales conducen el esperma hacia los úteros y la central es por donde desciende la cría durante el parto.

Sistema reproductor de las hembras marsupiales. Foto: National Geographic

MAMÍFEROS PLACENTARIOS

HUESO PENEANO Y ERECCIÓN

En los mamíferos placentarios, como los humanos, la cría se desarrolla en el útero y es nutrido mediante la placenta. Muchos machos de placentarios presentan un hueso peneano o báculo. Este hueso permitiría la cópula aunque no haya erección.

Hueso peneano de perro. La flecha señala la ubicación del surco uretral. Foto: Didier Descouens

Algunos placentarios han perdido el báculo: es el caso de los humanos, hienas, équidos (caballos, cebras…) y lagomorfos (conejos, liebres…). En ellos, la erección es posible gracias al llenado de sangre de los cuerpos cavernosos.

DELFINES

En el caso de los delfines, su pene es prensil y sensorial. La punta es giratoria y no es raro verlos palpar el fondo marino con su pene. Esto ha dado lugar a falsos mitos como que los delfines siempre están excitados e intentan copular con cualquier cosa que se les ponga por delante. Esta capacidad táctil también les permitiría estrechar lazos sociales entre ellos, incluso entre machos. Este comportamiento también lo observamos en las orcas.

La vagina de los delfines está llena de pliegues y recovecos para dificultar el acceso del esperma hasta el óvulo, ya sea de machos rivales o de machos con los que la hembra no deseaba aparearse. Si quieres ver cómo encaja el pene en la intrincada vagina del delfín clica aquí.

HIENAS

A simple vista podríamos confundir una hiena macho con una hembra. Las hienas moteadas (Crocuta crocuta) hembra, tienen una larga vagina que se extiende en un clítoris externo del mismo tamaño que el pene masculino. Las crías pues, tienen que atravesar este largo canal al nacer, que sufre grandes desgarros en los primeros partos y en ocasiones las crías mueren por no poder atravesarlo. Además, los labios vaginales también son grandes y llenos de grasa, lo que podría llegar a recordar a unos testículos.

Genitales de la hiena moteada. Fuente: Quora

REFERENCIAS

Mireia Querol Rovira

Regeneración de extremidades, del ajolote al ser humano

La regeneración de partes del cuerpo perdidas o dañadas en los animales es conocida desde hace varios siglos. En 1740 el naturalista Abraham Trembley observó a un pequeño cnidario que podía regenerar su cabeza si se la cortaban, por lo que lo llamó Hydra, en referencia al monstruo de la mitología griega que podía regenerar sus múltiples cabezas si se las cortaban. Posteriormente, se descubrió que había muchas otras especies animales con capacidades regenerativas. En esta entrada hablaremos sobre estos animales.

Regeneración en el reino animal

La regeneración de partes del cuerpo está mucho más extendida entre los diferentes grupos de invertebrados que de vertebrados. Este proceso puede ser bidireccional, en el que ambos trozos del animal regeneran las partes que les faltan para generar dos animales (cómo en la hidra, las planarias, los gusanos y las estrellas de mar), o unidireccional, en el que el animal pierde una extremidad pero solo la regenera sin que se formen dos animales (artrópodos, moluscos y vertebrados). Entre los vertebrados, peces y anfibios son los que presentan mayores capacidades regenerativas, aunque muchos lagartos y algunos mamíferos pueden regenerar sus colas.

ch14f01Imagen de Matthew McClements sobre la regeneración bidireccional en planàrias, hidras y estrellas de mar. Extraído de Wolbert's Principles of Development.

La regeneración se puede dar de dos maneras distintas:

  • Regeneración sin proliferación celular activa o “morphalaxis”. En este modo, la parte del cuerpo ausente es recreada principalmente mediante la remodelación de células preexistentes. Esto es lo que ocurre en la Hydra, en la que las partes perdidas se regeneran sin la creación de material nuevo. Por lo tanto, si se secciona una hidra por la mitad, obtendremos dos versiones más pequeñas de la hidra original.
Vídeo de un experimento en el que se ha seccionado una Hydra en diferentes trozos. Vídeo de Apnea.
  • Regeneración con proliferación celular o “epimorfosis”. En éste, la parte perdida se regenera mediante proliferación celular o sea, que se crea “de nuevo”. Ésta en la mayoría de casos se produce mediante la formación de una estructura especializada llamada blastema, masa de células madre sin diferenciar que aparece en fenómenos de regeneración celular.

Casi todos los grupos de animales con capacidades regenerativas presentan regeneración con formación de blastema. Aun así, el origen de las células madre del blastema varía según el grupo. Mientras que las planarias presentan células madre pluripotentes (que pueden diferenciarse a cualquier tipo celular) repartidas por todo el cuerpo, los vertebrados presentan células específicas en cada tipo de tejido (cartílago, músculo, piel…) que sólo generaran células de los tejidos donde se encuentre el blastema.

Entre los vertebrados terrestres, las lagartijas y los urodelos son los que muestran mayores habilidades regenerativas. A continuación veremos cómo lo consiguen y las aplicaciones que esto tiene en la medicina actual.

Colas prescindibles

Cuando eres un pequeño animal que está siendo perseguido por un gato u otro depredador, probablemente te salga más rentable perder tu preciada cola a perder tu vida. Algunos vertebrados terrestres han evolucionado siguiendo esta filosofía, y ellos mismos pueden desprenderse de su cola voluntariamente mediante un proceso llamado autotomía caudal. Esto les permite huir de sus depredadores, los cuáles se entretienen con la cola perdida que sigue moviéndose.

 Vídeo en el que se vé cómo algunas lagartijas como este vanzosaurio de cola roja (Vanzosaura rubricauda) tienen colas de colores brillantes para atraer la antención de los depredadores. Vídeo de Jonnytropics.

La autotomía o autoamputación, se define como un comportamiento en el que el animal se desprende de una o varias partes del cuerpo. La autotomía caudal la encontramos en muchas especies de reptiles y en dos especies de ratones espinosos del género Acomys. Entre los reptiles, encontramos autotomía caudal en los lacértidos, los geckos, los escincos o eslizones y en los tuataras.

Acomys.cahirinus.cahirinus.6872Foto de un ratón espinoso del Cairo (Acomys cahirinus), un mamífero que es capaz de desprenderse de su cola y regenerarla. Foto de Olaf Leillinger.

En los reptiles, la fractura de la cola se da en zonas concretas de las vértebras caudales que de por sí están debilitadas. La autotomía se puede dar de dos formas distintas: la autotomía intravertebral, en la que las vértebras del centro de la cola tienen planos de fractura transversales preparados para romperse si se les aplica suficiente presión, y la autotomía intervertebral, en la cual la cola se rompe entre las vértebras por constricción muscular.

0001-3765-aabc-201520130298-gf03Modelo tridimensional de los planos de fractura de la cola de un lagarto y la regeneración post-autotomía de un tubo cartilaginoso. Imagen extraída de Joana D. C. G. de Amorim et al.

La autotomía caudal permite huir al animal, pero le saldrá caro. Muchos reptiles utilizan la cola como reservorio de grasas y perder este almacén de energía suele ser perjudicial para el animal. Por eso se sabe que muchos lagartos, una vez ha desaparecido la amenaza, buscan su cola perdida y se la comen, para al menos recuperar la energía que tenían acumulada en forma de grasa. Además, regenerar una nueva cola es un proceso costoso energéticamente.

DSCN9467Foto de una lagartija parda (Podarcis liolepis) que ha perdido la cola. Foto de David López Bosch.

La regeneración de la cola en los reptiles difiere de la de anfibios y peces en que no se forma el blastema, y en que en vez de regenerarse realmente las vértebras caudales, se forma un tubo de cartílago. La nueva cola no es tan móvil y suele ser más corta que la original, y suele regenerarse completamente al cabo de unas semanas. La mayoría de lagartos pueden regenerar la cola varias veces, pero algunos cómo el lución (Anguis fragilis) sólo pueden hacerlo una vez. En ocasiones, la cola original no se rompe del todo pero se activan los mecanismos de regeneración, cosa que puede dar a que nos podamos encontrar a lagartijas y salamanquesas con más de una cola.

056 (2)Detalle de la cola de una salamanquesa común (Tarentola mauritanica) que ha regenerado la cola sin acabar de perder la cola original. Foto de Rafael Rodríguez.

Urodelos, los reyes de la regeneración

De todos los tetrápodos, los anfibios son los que presentan las mayores capacidades regenerativas. Durante la fase larvaria de la mayoría de especies, tanto la cola como las extremidades (si las presentan) pueden ser regeneradas tras su pérdida. La comunidad científica cree que esto se debe a que en los anfibios el desarrollo de las extremidades y otros órganos se retrasan hasta el momento de la metamorfosis. Aun así, ranas y sapos (anuros) sólo conservan sus poderes regenerativos durante su fase de renacuajo, perdiéndolos al llegar a la edad adulta.

Wood_frog_tadpoleRenacuajo de rana de bosque (Rana sylvatica) que, cómo en todos los anfibios, pospone el desarrollo de las extremidades hasta el momento de la metamorfosis. Foto de Brian Gratwicke.

En cambio, muchas salamandras y tritones (urodelos) conservan sus poderes regenerativos durante toda su vida. Aunque muchas especies presentan autotomía caudal, a diferencia de las lagartijas, los urodelos regeneran completamente, no sólo la cola, sino prácticamente cualquier tejido corporal perdido. De todas las especies conocidas, el ajolote (Ambystoma mexicanum), un anfibio neoténico que llega a la edad adulta sin sufrir metamorfosis, ha servido como organismo modelo para el estudio de la formación del blastema que precede a la regeneración.

 Vídeo en el que se habla del ajolote, este curiosos anfibio que se encuentra en grave peligro de extinción. Vídeo de Zoomin.TV Animals.

La regeneración que se da en las salamandras tiene fases genéticamente similares a las que sufren el resto de vertebrados al desarrollar los distintos tejidos y órganos durante el desarrollo embrionario. En el ajolote (y en el resto de urodelos) la regeneración después de la amputación de una extremidad pasa por tres fases distintas:

  • Curación de la herida: Durante la primera hora tras la amputación, células epidérmicas migran a la zona de la herida. El cierre de la herida se produce más o menos a las dos horas e intervienen los mismos mecanismos que en el resto de vertebrados. Aun así, la regeneración completa de la piel se retrasa hasta el final de la regeneración.
  • Desdiferenciación: Esta segunda fase comienza a las 24 horas de la amputación y es cuando se forma el blastema. Éste está compuesto por células de los tejidos especializados de la zona de amputación que pierden sus características (obtienen la capacidad de proliferar y diferenciarse de nuevo), y de células derivadas del tejido conectivo que migran a la zona de amputación. Cuando estas células de diferente origen se acumulan y forman el blastema, se inicia la proliferación celular.
  • Remodelación: Para el inicio de la tercera fase, es imprescindible la formación de un blastema con células de diversos orígenes. Una vez formado el blastema de células desdiferenciadas, la formación de la nueva extremidad sigue el mismo patrón que el de las extremidades de cualquier vertebrado durante el desarrollo embrionario (incluso intervienen los mismos genes).
A_Stages_of_zebrafish_caudal_fin_regeneration_as_longitudinal_sections.Esquema de la formación del blastema en el pez zebra (Danio rerio) otro organismo modelo. Imagen de Kyle A. Gurley i Alejandro Sánchez Alvarado.

Recientemente se han encontrado fósiles de diversos grupos de tetrápodos primitivos que presentan rastros de regeneración. Se han encontrado pruebas de regeneración de extremidades en fósiles de temnospóndilos (Apateon, Micromelerpeton y Sclerocephalus) y de lepospóndilos (Microbrachis y Hyloplesion). Esta amplia gama de géneros de tetrápodos basales que presentan regeneración y el hecho de que muchos peces también la presenten, ha llevado a muchos científicos a plantearse si los diferentes grupos de tetrápodos primitivos presentaban capacidad de regeneración y ésta se perdió en los antepasados de los amniotas (reptiles, aves y mamíferos).

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Foto de un ajolote, por LoKiLeCh.

Aun así, se cree que la información genética de formación del blastema podría encontrarse en el ADN de los amniotas aunque estaría en estado latente. De las tres fases del proceso de regeneración, la única que es exclusiva de los urodelos es la fase de desdiferenciación, ya que la fase de curación es igual a la cicatrización en el resto de vertebrados y la de remodelación es igual a la formación de extremidades durante la embriogénesis. Actualmente se están llevando a cabo multitud de estudios sobre cómo reactivar los genes latentes que promueven la formación del blastema en otros vertebrados, como por ejemplo los seres humanos.

Algunos órganos humanos como el riñón y el hígado ya tienen cierta capacidad de regeneración, pero gracias a la investigación con células madre en animales como las salamandras y las lagartijas, actualmente es posible regenerar dedos, genitales y partes de la vejiga, el corazón y los pulmones. Como hemos visto, los diferentes animales capaces de regenerar miembros seccionados encierran el secreto que podría salvar a miles de personas. Recordemos esto la próxima vez que oigamos que cientos de especies de anfibios y reptiles se encuentran en peligro por culpa de la mano del hombre.

Difusió-castellà

Referencias

Para la elaboración de esta entrada se han utilizado las siguientes fuentes:

No tener patas no te convierte en una serpiente

Con la llegada del buen tiempo es más probable que salgamos al campo a disfrutar de la naturaleza y eso aumenta las posibilidades de encontrarnos con serpientes y otros reptiles tomando el sol encima de una piedra o correteando entre la hierba. Las serpientes son el grupo de escamosos sin patas más conocido, aunque muchas otras especies de lagartos y lagartijas también han perdido las extremidades a lo largo de su evolución. En esta entrada explicaré algunas características distintivas de las tres especies de lagartos sin patas que podemos encontrar en la Península Ibérica, el lución y las culebrillas ciegas.

LAGARTOS SIN PATAS

La pérdida de patas (apodismo) es un fenómeno evolutivo que se ha dado más de una vez en el orden de los Squamata. De hecho, actualmente existen como mínimo unos nueve linajes (aparte de las serpientes) que han sufrido un proceso de pérdida de la funcionalidad de las patas. En la mayoría de grupos esto se debe a una adaptación a una vida subterránea (suelen tener la cola corta y redondeada) o a una vida entre la hierba y la vegetación (suelen tener una cola larga y delgada).

1Scheltopusik o lagarto ápodo europea (Ophisaurus apodus) un lagarto sin patas de la familia Anguidae, foto de Tim Vickers.

Aunque técnicamente las serpientes también son lagartos que han perdido las patas, a diferencia de los otros grupos, algunos ofidios pueden representar un peligro para el ser humano. Por eso es importante saber distinguir a una serpiente del resto de lagartos sin patas. Hay una serie de características que nos pueden ayudar a identificar a una serpiente o a un lagarto no venenoso:

  • Las serpientes no tienen párpados móviles, mientras que el resto de lagartos sí suelen tener.
  • Los ofidios no presentan oído externo, mientras que en la mayoría de lagartos se puede apreciar el canal auditivo.
  • Las serpientes presentan escamas ventrales especializadas para la locomoción, mientras que muchos lagartos ápodos se tienen que desplazar ayudándose de las irregularidades del terreno.
  • Muchos lagartos ápodos pueden desprender-se de la cola como método de defensa (autotomía caudal) mientras que las serpientes no.
www.public-domain-image.com (public domain image)Fotografía de una mamba verde occidental (Dendroaspis viridis), un ofidio típico, por Jon Sullivan.

En una entrada anterior ya explicamos las diferentes especies de serpientes que podemos encontrar en la Península Ibérica. A continuación os presentaré a las tres especies de escamosos ápodos que nos podemos encontrar cuando salimos de paseo por parajes naturales de nuestro país.

LUCIÓN (Anguis fragilis)

El lución es un lagarto ápodo de la familia de los ánguidos (Anguidae) dentro de la cuál encontramos la subfamilia Anguinae, en la que muchos miembros han perdido las extremidades o las tienen muy reducidas. El nombre científico del lución, Anguis fragilis significa literalmente “serpiente frágil”, por su capacidad de desprender-se de la cola para huir de los depredadores.

SONY DSCFoto de un lución cerca de Nismes, por © Hans Hillewaert.

Descripción

El lución es un pequeño lagarto sin patas que llega a medir 40 centímetros de largo. Presenta escamas lisas y brillantes y una cabeza pequeña con el cuello poco definido. A diferencia de las serpientes posee parpados móviles, una lengua horcada y una pequeña apertura timpánica.

Los ejemplares jóvenes suelen presentar una coloración morena dorada, plateada o amarillenta con los lados y el vientre negros. Las hembras presentan una coloración parecida a los jóvenes, siendo de color ocre con el vientre marrón oscuro o negro y una banda dorsal negra, aunque su coloración puede variar mucho.

Slow Worm (Anguis fragilis), seen near Hitchin, Hertfordshire, during the final test of the August GOC walk, on 3 August 2013. It's the first ever reptile I've photographed, and indeed, the first I've seen in the wild! So I was very happy.Hembra de lución, fotografiada en Hertfordshire por Peter O'Connor.

Los machos son los más uniformes, con el dorso y los lados de color marrón, grisáceo o castaño y algunos con manchas marrones a los lados que se pueden volver azules.

6Lución macho, con las distintivas manchas azules, por Maria Haanpää.

Hábitat y distribución

Es un reptil ampliamente distribuido por la mayor parte de Europa, se puede encontrar desde la Península Ibérica, Inglaterra y Escocia hasta Irán y el oeste de Siberia pasando por Grecia y Turquía.

7Mapa mostrando la distribución del lución, por Osado.

En la Península Ibérica se encuentra sobre todo en la mitad norte, ocupando gran parte de Galicia, Asturias, Cantabria, País Vasco, Castilla León y el norte de Aragón y Cataluña. El lución es una especie común que pasa desapercibida debido a sus costumbres discretas. Los podemos encontrar en una gran variedad de hábitats abiertos como herbazales, matorrales y bosques abiertos.

8Distribución del lución en España, por Lameiro.

A diferencia de la mayoría de reptiles que buscan el sol para calentarse, el lución presenta una marcada preferencia por los sitios húmedos y sombríos, con vegetación baja y abundante. Se suele refugiar debajo de piedras, troncos, plásticos o madrigueras de mamíferos pequeños.

Male slow worm (Anguis fragilis)Lución macho en su hábitat en los Paises Bajos, por Viridiflavus.

Biología y ecología

En la Península Ibérica el lución está activo desde finales de febrero hasta noviembre, momento en el que empieza la hibernación, durante la cual se agrupan hasta 100 individuos. El apareamiento dura desde mediados de marzo hasta julio, durante el cual se pueden dar peleas entre los machos. La gestación del lución dura unos 3 meses, es una especie ovovivípara (tiene huevos pero estos eclosionan en el interior de la hembra) y da a luz entre 2 y 22 crías.

Muchas especies de reptiles, aves y mamíferos se alimentan de esta especie. Como muchos otros lagartos, el lución se puede desprender de la cola como método de defensa, la cual se sigue moviendo mientras que el resto del animal huye. La cola se empieza a regenerar al cabo de varias semanas.

10Fotografía de un lución después de desprenderse de su cola, por SuperMarker.

El lución se alimenta de caracoles, gusanos, larvas de insectos y muchos otros invertebrados pequeños ya que, a diferencia de las serpientes, no pueden desencajar las mandíbulas para tragar presas grandes. En muchos lugares ha sido injustamente perseguido aún siendo una especie beneficiosa para campos y jardines, ya que se alimenta de muchos animales considerados plagas para las plantas.

11Foto de un lución alimentándose de una babosa, por Biosphoto/Thiebaud Gontard.

CULEBRILLAS CIEGAS (Blanus cinereus y Blanus mariae)

Los anfisbénidos (clado Amphisbaenia) son un grupo altamente especializado de escamosos subterráneos conocidos con el nombre de lagartos ciegos. Aunque exteriormente se parecen a algunas serpientes primitivas, se diferencian de éstas en que las serpientes perdieron primero las patas delanteras y el pulmón izquierdo y en cambio los anfisbénidos perdieron primero las patas traseras y el pulmón derecho. Actualmente se conocen unas 180 especies de anfisbénidos, dos de las cuales se encuentran en la Península Ibérica: La culebrilla ciega ibérica (Blanus cinereus) y la culebrilla ciega de María (Blanus mariae), diferenciándose tanto por su distribución como por estudios genómicos.

12Culebrilla ciega ibérica en Andalucía, foto de Antonio.

Descripción

Las culebrillas ciegas son unos reptiles estrictamente adaptados a la vida subterránea y con un aspecto parecido a una lombriz. A primera vista resulta difícil diferenciar la cabeza de la cola, hecho que les resulta muy útil a la hora de huir de los depredadores (igual que el lución, pueden desprenderse de la cola, aunque ésta no se regenera completamente).

SONY DSCCulebrilla ciega ibérica al lado de Murcia. Nótese la similitud entre la cabeza y la cola. Foto de Jorozko.

Los adultos llegan a medir más de 15 centímetros de largo, llegando algunos ejemplares a los 30 centímetros. La cabeza es corta y redondeada, con una amplia placa frontal para ayudar durante la excavación. Los ojos son vestigiales (solo detectan cambios en la intensidad de la luz) y están cubiertos de escamas, mientras que el oído y el olfato están altamente desarrollados.

14Foto de la cabeza de una culebrilla ciega ibérica, en la que se puede observa los ojos cubiertos de escamas, por J. Gállego.

Las escamas son rectangulares y están distribuidas formando anillos alrededor del cuerpo. La coloración va desde el rosa pálido, el púrpura oscuro y el marrón, y no existe diferencia entre machos y hembras. Como todos los anfisbénidos, les culebrillas ciegas pueden desplazarse hacia delante y hacia detrás.

15Culebrilla ciega adulta cerca de Cáceres, en la que podemos apreciar las escamas rectangulares y distribuidas uniformemente. Foto de Mario Modesto.

Hábitat y distribución

Las dos especies de culebrillas se encuentran exclusivamente en la Península Ibérica excepto en el norte y noreste, desde el nivel del mar hasta los 1800 metros (en Sierra Nevada). La culebrilla ibérica (Blanus cinereus) es la más común mientras que la culebrilla ciega de María (Blanus mariae) ocupa el suroeste peninsular.

16Mapa de distribució que incluye tanto a Blanus cinereus como a Blanus mariae, por Carlosblh.

Las culebrillas ciegas se encuentran en una gran variedad de hábitats, desde los bosques de encinas, pinos y robles, hasta cultivos, jardines y áreas arenosas. Es una especie de hábitos subterráneos que se suele refugiar debajo de piedras y troncos. Igual que el lución, prefiere los ambientes húmedos y con terrenos blandos para poder excavar.

Biología y ecología

Las culebrillas ciegas están activas todo el año aunque intensifican su actividad durante la primavera, el verano y también después de las lluvias. Durante el día suelen refugiarse en galerías excavadas bajo tierra o debajo de troncos y piedras. En invierno mantienen su temperatura corporal moviéndose por las galerías a diferentes profundidades o colocándose debajo de piedras expuestas al sol.

P1050134Foto de una culebrilla ciega ibérica cerca de Cádiz, foto de Jorge López.

Su dieta se compone de insectos, arácnidos y otros artrópodos que se encuentran entre las hojas o bajo tierra. Las culebrillas son depredadas por un gran número de vertebrados terrestres, y sus métodos de defensa incluyen: escisión de la cola, huir por las galerías o enrollarse sobre sí mismas.

Video de una culebrilla ciega ibérica de Albacete, por Encarna Buendia.

La época de apareamiento va de febrero a junio. La cópula se suele producir entre abril y mayo. La hembra pone un único huevo relativamente grande, que abandona enterrándolo bajo tierra. El período de incubación dura entre 69 y 82 días y los recién nacidos miden entre 78 y 86 milímetros.

16Foto de un par de culebrillas ciegas ibéricas en un jardín al lado de Sevilla, por Richard Avery.

OTROS LAGARTOS ÁPODOS

Como ya hemos dicho, aparte de las especies aquí descritas existen muchos otros grupos de lagartos ápodos alrededor del mundo. Algunos de los grupos más destacados son:

La familia Scincidae: Familia de lagartos regordetes con patas cortas, muchos miembros de la cual no presentan extremidades funcionales. En la Península Ibérica encontramos dos especies: el eslizón ibérico (Chalcides bedriagai) y el eslizón tridáctilo ibérico (Chalcides striatus).

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Eslizón tridáctilo ibérico, foto de Benny Trapp.

La familia Pygopodidae: lagartos con extremidades ausentes o reducidas emparentados con los geckos.

17Foto de un lagarto ápodo de Burton (Lialis burtoni) del sur de Australia, por Matt.

La familia Dibamidae: Lagartos ápodos tropicales y de costumbres excavadoras.

18Foto de un dibámido llamado Anelytropsis papillosus, tomada de Tod W. Reeder et al.

La familia Anniellidae: Lagartos ápodos americanos.

19Un lagarto ápodo del género Anniella, de California, por Marlin Harms.

Aunque la mayoría de lagartos ápodos sean inofensivos, eso no significa que podamos tocarlos y manejarlos de cualquier manera cuando nos encontramos uno en el campo. Los lagartos ápodos, como la mayoría de animales salvajes, se estresan fácilmente con el contacto humano y no deberían manejarse excepto para fines científicos. La mejor manera de disfrutar de la naturaleza es observándola sin perturbarla.

REFERENCIAS

Se han consultado las siguientes fuentes durante la elaboración de esta entrada:

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