El monstruo del Lago Ness, el Yeti, el Chupacabras, el BigFoot, el Kraken… todos hemos oído a hablar de ellos alguna vez e incluso hemos dudado de su (in)existencia. ¿Qué hay de cierto sobre estas criaturas? ¿Son reales? Si no lo son, ¿qué respuestas da la ciencia para rebatirlo? Descúbrelo en este artículo.
LA CRIPTOZOOLOGÍA
La criptozoología es una pseudociencia, esto es, utiliza términos supuestamente científicos pero se basa en creencias en lugar de en evidencias y no utiliza el método científico. Se encarga de buscar animales que no han sido confirmados por la ciencia, llamados críptidos. Habitualmente se trata de seres aparecidos en mitos y leyendas, pero también de especies extintas de las que se asegura que han sido vistas en la actualidad, como el tilacino o los dinosaurios (no avianos). Basta una búsqueda en internet para encontrar fotos trucadas que no engañarían ni al más crédulo (¿o si?), pero cuando se trata de historias instaladas en la memoria colectiva, el número de seguidores y defensores de la criptozoología se dispara.

La criptozoología suele intentar añadir rasgos de animales reales a los críptidos para hacerlos más creíbles, e incluso se apropia de las especies descubiertas por la biología (zoología), como cuando dice que el Kraken en realidad es un calamar gigante.
EL MONSTRUO DEL LAGO NESS
Nessie es el críptido más famoso, un animal acuático gigantesco que se supone que vive en el Lago Ness, en Inverness, Escocia. Como pasa con todos los seres criptozoológicos, las pruebas de su existencia son fotos borrosas y testimonios de avistamientos. Seguro que has visto alguna vez la foto más famosa del monstruo:

Ésta, igual que el resto de fotos del monstruo, se ha demostrado que han sido montajes y fraudes. A pesar de ello, siguen alimentando el mito: las ganancias anuales de esta zona de Escocia son de varios millones de euros. Así pues, no es de extrañar que muchos lagos alrededor del mundo tengan su monstruo, como el Nahuelito, Caddy, Champ, Manipogo, Ponik…
¿POR QUÉ NO EXISTE EL MONSTRUO DEL LAGO NESS?
- Su edad: la primera referencia de un ser en este lago data del año 565. Es decir, que actualmente tendría…1451 años, mucho más que el animal más longevo conocido, la almeja Ming con 507 años. O incluso más, ya que algunos criptozoólogos defienden que podría tratarse de un plesiosaurio o un animal parecido (extinguidos hace más de 65 millones de años) de unos 20 metros de largo y entre 10-20 toneladas.
O quizá sólo fuera una nutria… Foto: Jonathan Wills - Su origen: si fuera un animal de la época de los dinosaurios, o sus descendientes, es imposible que haya permanecido siempre en el lago, que estuvo congelado desde la última glaciación hasta hace unos 12.000 años. No existe ninguna vía que comunique el lago con el mar ni ningún avistamiento fuera del lago, por lo que hay que descartar que el monstruo pueda entrar o salir a buscar alimento, por ejemplo. Presumiendo además que fuera un reptil acuático, su preferencia serían aguas subtropicales, no las frías aguas de Inverness (6°C de media).
- Familia de Nessies: la única posible explicación de que siga existiendo durante miles o millones de años, es que no haya uno, sino como mínimo de 100 individuos como Nessie para que la población fuera viable, según la ecología de poblaciones. La población mínima viable es la población aislada más pequeña que tenga el 99% de probabilidad de mantenerse por 1000 años a pesar del azar (Shaffer, 1981). Además, teniendo en cuenta que el lago Ness tiene 56,4 km² y 226 m de profundidad, es evidente la falta de territorio para todos ellos (además de que los avistamientos serían constantes).
- Falta de cadáveres: en el caso que existiera un grupo de plesiosaurios, tarde o temprano deberían aparecer cadáveres en la orilla y sin embargo nunca se ha encontrado ningún resto, ni de Nessie, que con el auge de las cámaras digitales cada vez se deja ver menos.
Elefante nadando. El año con más avistamientos, 1933, un circo recorrió la zona. Al parecer su elefante se bañó en el lago varias veces. Foto: Jeremy Tucker - Insuficiente alimento: el lago es profundo, largo y estrecho (32 km x 1,6 km). Igual que la base de la cadena alimentaria en la tierra son las plantas, en las zonas acuáticas lo son el fitoplancton, algas y plantas que puedan sostener a herbívoros y carnívoros. El lago Ness tiene poca superficie expuesta al sol, por lo que no recibe suficiente insolación para que se pueda hacer la fotosíntesis masivamente. Además, sus aguas son oscuras por tener turba en suspensión, impidiendo que entre luz a partir de pocos metros de profundidad. Es tan poco productivo, que no podría sobrevivir en él un depredador de más de 300 kilos. Obviamente, los pocos animales que hay son totalmente insuficientes para alimentar uno o más animales de 20 toneladas.
Cadena trófica de un sistema de agua dulce. Las flechas indican la dirección de la energía de un eslabón a otro. Autor desconocido - Falta de pruebas con las últimas tecnologías: la BBC ha rastreado el lago varias veces con sónares y tecnología de navegación por satélite con resultados negativos. Ni los minisubmarinos ni las webcams 24 horas han encontrado ni rastro del monstruo.
EL YETI, EL ABOMINABLE HOMBRE DE LAS NIEVES
El segundo críptido más famoso es un simio gigante bípedo que habita en el Himalaya. O en Norteamérica (Bigfoot), Canadá (Sasquatch), Almasty (Rusia), Hibagón (Japón), Yowy (Australia)… como sucede con Nessie, el Yeti mueve millones de euros y cada país tiene el suyo propio. Y también se sugiere que es alguna especie de homínido extinta, un neandertal, un Homo erectus o un Gigantopithecus.

Como sucede con los críptidos, la pruebas se basan en testimonios oculares, fotos trucadas o de dudoso origen. Pero en este caso hay más: muestras de pelo que se asegura que pertenecen al Yeti ¿Qué dice la ciencia?
ANÁLISIS DE ADN
El conocimiento actual de la genética ha permitido establecer con más precisión las relaciones de parentesco e identificar los seres vivos mediante los análisis de ADN. Así que Bryan Sykes (Oxford University) lideró un estudio en el que analizaron más de 30 muestras de pelo que se conservan en templos budistas, museos y colecciones privadas. Resultado: pelo de caballo, bisonte, humano, mapache, vaca, lobo, coyote… pero ninguno de una especie desconocida por la ciencia, y mucho menos del Yeti.
La buena noticia para la zoología es que dos muestras de pelo corresponden con el ADN de un fósil de oso polar, por lo que podrían pertenecer a una especie de oso desconocida hasta ahora o a una variedad de oso polar de otro color (dorado-rojizo).

EL CHUPACABRAS
El Chupacabras se supone que es una criatura que mata y chupa la sangre a animales de corral, sin derramar ni una gota. Las definiciones son variopintas, que si ojos rojos brillantes, escamas, bípedos, púas en la espalda… hasta se reportan casos de Chupacabras encontrados muertos:

El Chupacabras tiene la particularidad de actuar en países latinos: Venezuela, Puerto Rico, México, Argentina, España, Chile… El presunto hábitat del chupacabras choca con la biogeografía: una rama de la ciencia que estudia la distribución de los seres vivos sobre nuestro planeta.
Teniendo unas nociones básicas de evolución biológica, climática y de masas continentales y acuáticas, incluso nosotros podemos pensar como biogeógrafos: las especies se distribuyen según su hábitat y presentan adaptaciones a los distintos territorios y climas. Nadie pensaría en una rana viviendo en el desierto del Sáhara, por ejemplo. En cambio al chupacabras parece que le da igual: habita en variedad de paisajes entre dos continentes y varias islas, pero eso sí, presenta predilección por los lugares de habla castellana. Nada que ver con la biología: es producto de una leyenda de tradición oral, en este caso, hispana.
ZOOLOGÍA VS CRIPTOZOOLOGÍA
En conclusión, la zoología es la rama de la biología que para certificar que se ha descubierto una nueva especie tiene que:
- Presentar un holotipo (un ejemplar del ser vivo) ante la comunidad científica (museo de ciencias naturales, universidad…) a disposición de los interesados.
- El holotipo tiene que superar un análisis de ADN.
- El descubrimiento se tiene que publicar en una revista científica con arbitraje o revisión por pares -peer review- (método para validar los resultados de la investigación)
- Después de su validación se clasifica siguiendo las normas de la taxonomía y sistemática.
No hace falta inventar extrañas criaturas y desacreditar a la biología: la naturaleza es suficientemente sorprendente como para maravillarnos con nuevas especies tangibles que la zoología sigue descubriendo y describiendo. Animales increíbles como los tardígrados, los pirosómidos, los calamares gigantes y las especies abisales, los ornitorrincos y ratas venenosas… y muchos otros que quedan por descubrir.
REFERENCIAS
- Chordá, Carlos, 2007. El yeti y otros bichos ¡vaya timo! Ed. Laetoli
- Monstruo del Lago Ness: ¿Qué hay de verdad tras el mito?
- Photos of the Loch Ness Monster, revisited
- Is Loch Ness monster dead?
- El monstruo del lago Ness en Magonia
- El Yeti, ¿Una leyenda tirada por los pelos?
- Imagen de portada: figura del Monstruo del Lago Ness en Escocia. Foto de Mireia Querol Rovira