Gatos, tigres, leones, panteras… todos conocemos los grandes felinos, pero ¿qué hay de los pequeños? ¿Sabes quiénes son el caracal, el jaguarundi y el margay? Sigue leyendo para conocerlos.
¿QUÉ ES UN FELINO?
Quizá tengas un gato (Felis silvestris catus) en casa, ¿pero te has parado a pensar qué tiene en común con un tigre? La verdad es que bastante: la similitud entre todas las especies de felinos es extraordinaria y la clasificación de los más pequeños es dificultosa.
Los felinos son los mamíferos carnívoros más especializados. Se distribuyen por Eurasia, África y América, desde desiertos hasta alturas alpinas. La mayoría son solitarios, grandes trepadores (exceptuando los más grandes) y muchos buenos nadadores.
ANATOMÍA
De cara redondeada y hocico corto, los felinos tienen dientes caninos y carniceros desarrollados para cortar la carne. Poseen 5 dedos en las patas delanteras y 4 en las traseras, con una uña curvada retráctil en cada uno para agarrar la presa. Al estar retraídas en posición de reposo, las garras se mantienen bien afiladas. Los cojines de las patas, rodeados de pelo, les ayudan a ser sigilosos al andar.
Los felinos poseen sentidos muy agudos, desde una buena visión nocturna, buen sentido del oído y olfato y bigotes sensitivos.

EL CARACAL: EL QUE SALTA MÁS ALTO
El caracal (Caracal caracal) se encuentra en África y oeste, centro y sur de Asia, en zonas semidesérticas y de sabana. También se le conoce como lince del desierto, aunque está más emparentado con otros felinos (como el serval, Leptailurus serval, y el gato dorado africano, Caracal aurata) que con los linces. De tamaño medio (60-90 cm de largo), su aspecto de lince sobretodo es debido a los pinceles de pelo de sus orejas, los más largos y anchos de todos los felinos. Su utilidad no está clara, puede que ayuden a la audición, a ahuyentar insectos o a remarcar las expresiones faciales como sistema de comunicación entre semejantes. Precisamente, su nombre proviene de la palabra turca karakulak, literalmente “orejas negras”.
Habitualmente son de color castaño o rojizo y de vientre blanco con manchas, aunque hay ejemplares melánicos (piel y pelaje con gran cantidad de pigmento negro, melanina) igual que en otros felinos, como la famosa pantera negra, que en realidad se trata de un leopardo (Panthera pardus) melánico.

Son animales de hábitos sobretodo nocturnos y solitarios. La habilidad más destacada del caracal son los saltos de hasta 3 metros de manera vertical, pudiendo atrapar pájaros en pleno vuelo. También es buen trepador, así que puede depredar sobre nidos en los árboles. Sus otras presas son antílopes pequeños, liebres, roedores, etc. y aves de corral, por lo que es objeto de persecución.
Observa al caracal saltando y atrapando un pájaro al vuelo:
Según la lista roja de la IUCN en general no está considerado en peligro, sino como “preocupación menor”, aunque la subespecie asiática (Caracal caracal schmitzi) ha sufrido un grave retroceso. Además de la caza, la destrucción del hábitat es la principal amenaza del caracal.
EL JAGUARUNDI: EL MÁS RARO
El jaguarundi, (Herpailurus yagouarondi) se distribuye por el sur de EEUU hasta Sudamérica, en hábitats como la selva tropical, pantanos y tierras arbustivas semiáridas. Se le conoce con multitud de nombres populares según la zona (gato eyra, leoncillo, gato moro, gato nutria, gato colorado, onza…).
De tamaño pequeño (9kg), tiene un aspecto que recuerda al puma o a una comadreja, con patas y orejas cortas y cola larga. El pelaje es uniforme, sin manchas ni rayas, con coloraciones que van del negro, al marrón grisáceo, claro o rojizo. Incluso en una misma camada, las crías pueden presentar diferentes tonalidades. Las formas oscuras son mas comunes en zonas boscosas, mientras que las claras en ambientes más secos.

A diferencia de otros felinos de su tamaño, sus territorios son bastante amplios y son de hábitos solitarios y principalmente terrestres, aunque se desplaza sin problemas por los árboles. Sus presas son pequeños mamíferos y aves, pero también puede cazar reptiles, anfibios y peces atrapados en las orillas de los ríos. Es capaz de dar saltos de dos metros y como el caracal, atrapar sus presas en el aire.
Observa los movimientos y técnicas de caza del jaguarundi a partir del minuto 9:55:
Igual que el caracal, está considerado como “preocupación menor” por la IUCN, aunque las poblaciones son menores de lo que inicialmente se había pensado, ya que al ser de hábitos diurnos es una especie fácilmente observable. Los peligros son los mismos: persecución por matar aves de corral y pérdida y fragmentación de hábitats. Afortunadamente su pelaje no tiene valor comercial.
EL MARGAY: EL MEJOR TREPADOR
El margay (Leopardus wiedii) se distribuye por centro y Suramérica en zonas boscosas. De aspecto similar al ocelote, tiene un tamaño y peso (40-60 cm de largo y 3,5 kg) menor que éste. El pelaje moteado le ayuda a camuflarse con en el entorno. Estas manchas se denominan rosetas y le cubren todo el cuerpo, exceptuando la cabeza. Cada individuo tiene su propio patrón de manchas, igual que nuestras huellas dactilares.

Lo que más destaca del margay son sus grandes ojos y la cola, muy larga (hasta un 70% del tamaño de su cuerpo). Esto son adaptaciones a sus hábitos nocturnos y a su extrema agilidad para desplazarse por los árboles, donde pasa la mayor parte del tiempo. Sus presas son pájaros, pequeños monos, pequeños mamíferos, lagartos, ranas arborícolas e incluso insectos.
La capacidad más especial del margay es que puede bajar verticalmente por los troncos de los árboles, con la cabeza hacia abajo igual que las ardillas. Esto es posible gracias a que puede girar 180 grados los tobillos traseros. Sólo hay otra especie de felino capaz de hacer lo mismo: la pantera nebulosa (Neofelis nebulosa). Esta característica, junto con unas garras especiales para trepar y agarrarse a las ramas, le permiten moverse por los árboles con la misma agilidad que un mono: pueden incluso agarrarse a una rama sólo con una pata. Son pues, los mejores trepadores entre los felinos.

Igual que las especies anteriores, los margays son solitarios y sólo se encuentran en el momento de reproducirse.
El margay está clasificado por la IUCN como “casi amenazado” y sus poblaciones están en retroceso. A diferencia del jaguarundi, es cazado por su bonito pelaje y para usarlo como mascota de manera ilegal. La destrucción y fragmentación del hábitat (conversión de bosques en campos de cultivo) son la otra amenaza seria a la que se enfrenta el margay, que no tolera bien hábitats humanizados.
Terminamos el artículo con unas imágenes del margay en acción a partir del minuto 1:22:
REFERENCIAS
- Clutton-Brock, Juliet et al. 2002. Animal. Pearson Educación
- Caracal (IUCN)
- Caracal (DeAnimalia)
- Jaguarundi (IUCN)
- Jaguarundi (EOL)
- Margay: master of the trees
- Margay (IUCN)
- International Society for Endangered Cats (Canada)
- Foto de portada de Aaron John Curtis