¿Cómo saben las hormigas qué caminos deben seguir? ¿Qué sistemas usan los machos y las hembras de algunas especies de polillas localizadas a kilómetros de distancia para reunirse? Los insectos, cómo los humanos, han desarrollado numerosos lenguajes y sistemas de comunicación a lo largo de la evolución.
¿Quieres saber cómo y para qué se comunican los insectos a través de los sentidos? ¡Sigue leyendo!
El lenguaje de los insectos
La comunicación se define como un intercambio de información entre dos o más individuos: los que emiten el mensaje (emisores) y los que reciben y procesan e interpretan dicho mensaje (receptores). Mientras que en el ser humano la comunicación pasa por un largo proceso de aprendizaje, en los insectos se trata generalmente de un fenómeno innato: cada individuo nace con un vocabulario distintivo que comparte sólo con los miembros de su propia especie.
Por otro lado, estamos muy acostumbrados a que la comunicación sea un proceso obvio (el emisor da los “Buenos días” y el receptor le contesta con un “Igualmente”); en los insectos, así como en muchos otros animales, la comunicación puede tener lugar de manera que no sea fácil apreciar cuándo tiene lugar el intercambio de información.
Por lo tanto, en este caso sería más correcto decir que la comunicación es una acción o condición de una parte del organismo que altera el comportamiento de otro organismo. ¿Qué quiere decir esto? Que el insecto emisor envía una señal al resto de organismos llevando a cabo alguna acción (p.e. señal acústica) o bien mediante el desarrollo de algún rasgo físico que informe de algo al resto de individuos (p.e. coloración de las alas), con el fin de inducir alguna respuesta o cambio en los receptores que beneficie a una o a ambas partes.
¿Por qué se comunican los insectos?
Los insectos se comunican tanto entre organismos de la misma especie (comunicación intraespecífica) como directa o indirectamente con organismos de otras especies (comunicación interespecífica) por numerosos motivos:
- Uno de los principales motivos es la reproducción: búsqueda de pareja, cortejo, etc.
- Para identificar a miembros de la misma especie y advertir de la propia presencia a otros organismos (de la misma especie o no).
- Para indicar la localización de fuentes de recursos: comida, lugares de nidificación, etc.
- Como señal de alarma ante posibles peligros.
- Para defender el territorio.
- Como sistema de camuflaje o mimetismo (¿Quieres saber más sobre el mimetismo animal? ¡Haz click aquí!).
El lenguaje a través de los sentidos
Los insectos utilizan prácticamente todos los sentidos para comunicarse entre ellos. A lo largo de este apartado, analizaremos uno a uno los distintos sistemas de comunicación que los insectos desarrollan mediante los sentidos, así como algunos de los ejemplos más llamativos.
Comunicación táctil: “tacto”
La comunicación táctil equivaldría al sentido del tacto en los vertebrados. Aunque el sistema nervioso de los insectos no está tan desarrollado, la comunicación táctil se basa en el mismo principio: debe haber algún tipo de contacto físico entre el emisor y el receptor del mensaje (ya sea de forma directa o indirecta).
- “Tandem running”: ¡Sigamos al líder!
Desde hace muchos años, sabemos que las hormigas caminan en fila gracias a que algunas dejan tras de sí un rastro químico que el resto de individuos sigue para no perderse. Pero, aparte de emitir señales químicas, algunas establecen contacto físico con la que camina inmediatamente por delante de ellas para seguir el camino. Además, los científicos descubrieron que las hormigas que van por delante enseñan a las que van justo detrás que deben seguirlas mediante un contacto antenal previo; y si la que va por delante deja de notar el contacto de las antenas de la hormiga que le sigue, se girará para guiarla de nuevo.

En este vídeo del canal de Stephen Pratt podemos ver cómo dos hormigas llevan a cabo este tipo de contacto:
- Abejas bailarinas
La abeja de la miel (Apis mellifera) realiza bailes para indicar a los otros miembros de la colonia dónde hay néctar (dirección y distancia) y si éste es de buena calidad. Estos bailes se realizan en el interior de la colmena, por lo que tienen lugar en completa oscuridad. Y os preguntaréis: ¿por qué bailan si nadie va a poder verlas? Porque la vista es indiferente en este caso para transmitir información: aquello que detectan el resto de miembros no son los movimientos en sí, sino las vibraciones que la abeja bailarina transmite al moverse dentro de la colmena.
¡Mira cómo bailan las abejas de la miel en este vídeo del canal de Ilse Knatz Ortabasi!:
Comunicación química: “olfato y gusto”
La comunicación química es, probablemente, la forma más extendida de comunicación en los insectos. En este tipo de comunicación, el emisor lanza sustancias químicas al medio que son detectadas por otros organismos. Se producen sustancias químicas de muchos tipos diferentes y con objetivos muy variados: feromonas (para buscar pareja), aleloquímicos (como señales de alarma, sistema defensivo, repelentes…), etc.
¿Y cómo las detectan? Mediante receptores más o menos especializados localizados en las antenas, las patas, etc. (¡pueden “saborear y oler” con muchas partes de su cuerpo!).
- El amor te da alas…¡y feromonas!
Las hembras de algunas especies de polillas emiten feromonas que pueden ser detectadas incluso por machos situados a kilómetros de distancia. Este es el caso de algunas pavones hembras (Saturnia pavonia), las cuales atraen a los machos situados a distancias de hasta 16km.

- ¡El olor te delata!
La comunicación puede darse entre organismos de la misma o de diferentes especies. Euclytia flava, un parasitoide de chinches (aprende más sobre parasitoides aquí), detecta a sus hospedadores por su “olor”: más concretamente, por las sustancias químicas que éstas emiten (a este tipo de sustancias emitidas que benefician al receptor pero no al emisor se las conoce como kairomonas).

Comunicación auditiva: “oído”
Los insectos emiten sonidos muy variados con diferente frecuencia, amplitud y periodicidad, y cada especie presenta unos patrones muy bien definidos. De hecho, únicamente mediante el registro de sonidos y su posterior análisis, podemos identificar la especie que lo ha emitido.
Mientras que el ser humano es capaz de detectar sonidos en un rango de 20-20.000Hz, los insectos pueden emitir y detectar sonidos por encima de este rango (algunos saltamontes producen sonidos ultrasónicos por encima de los 80.000Hz).
- El sonido del verano
Las cigarras son sorprendentes por muchos motivos: pasan más de 17 años en estadio de ninfa bajo el suelo hasta que emergen en su forma adulta y, además, emiten un gran abanico de cantos distintos al amanecer y al atardecer durante los meses de verano. Estos sonidos son emitidos por un aparato estridulatorio situado en el abdomen y son captados por el receptor mediante unos órganos auditivos situados en las patas o el tórax.
Escucha cómo canta una cigarra en este vídeo del canal Dangerous insects planet . ¿Ves cómo vibra su abdomen?
Algunas cigarras son capaces de emitir sonidos que exceden los 120 decibelios (¡se aproximan al umbral de dolor del oído humano!). Algunas especies pequeñas, en cambio, emiten sonidos a frecuencias tan elevadas que no pueden ser detectadas por los humanos, pero que resultan dolorosas para otros animales.
Los sonidos de las cigarras tienen diversos objetivos, aunque los emplean sobre todo para buscar pareja y delimitar su territorio.
- “Soy todo antenas”
Diversos estudios avalan que los machos de diversas especies de mosquitos presentan una mayor sensibilidad en sus antenas ante las vibraciones emitidas por el batido de las alas de las hembras que son transmitidas por el aire.

Comunicación visual: “vista”
La comunicación visual en los insectos se da, básicamente, por medio de dos sistemas: el desarrollo de patrones de coloración y la emisión de luz (bioluminiscencia).
Cada especie presenta unos patrones de color concretos, hecho que puede ser útil para reconocer a conspecíficos; pero también para atraer a una pareja o bien para alertar a otro organismos de su peligrosidad (mimetismo aposemático; ver más aquí) o ahuyentar a posibles depredadores. Por otro lado, también hay especies que emiten señales lumínicas para atraer a otros congéneres (caso típico de las luciérnagas o escarabajos de la familia de los lampíridos).
- ¿Ojos…o manchas?

- Luces en la noche
Las luciérnagas son el caso más típico de comunicación mediante señales bioluminiscentes, pero existen más insectos capaces de emitir luz:


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Como véis, los insectos se comunican de muchas formas distintas. ¿Te animas a descubrir cómo se comunican los insectos que viven cerca de ti?
Referencias
- Gopfert M.C; Briegel H; Robert D. (1999). Mosquito Hearing: Sound-Induced Antennal Vibrations in Male and Female Aedes Aegypti. The Journal of Experimental Biology. 202: 2727-2738.
- J.R. Aldrich, A. Zhang (2002). Kairomone strains of Euclytia flava (Townsend), a parasitoid of stink bugs. Journal of Chemical Ecology, Volume 28, Issue 8, pp 1565-1582.
- Nigel R. Franks, Tom Richardson (2006). Teaching in tandem-running ants. Nature 439, 153.
- Insectos: la mejor guía de bichos. Parragon Books Ltd.
- Hometrainingtools.com: insect communications
- www.cals.ncsu.edu/course/ent425/tutorial/Communication/
- Firefly.org
Imagen de portada por Radim Shreider © (National Geographic Photo Contest 2012).