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Abejas y avispas: algunos mitos y cómo diferenciarlas

A pesar de formar parte del mismo orden de insectos (Hymenoptera), abejas y avispas presentan rasgos y hábitos bien diferenciados; sin embargo, es muy habitual que la gente los confunda. A continuación, te facilitamos una serie de claves sencillas para diferenciarlas y desmentimos algunos de los mitos más comunes que giran en torno a estos organismos.

Abejas y avispas: ¿cómo las separamos?

Antes de diferenciarlas visualmente, conozcamos un poco su clasificación interna.

Avispas y abejas forman parte del orden de los Himenópteros, los cuales se caracterizan por presentar dos pares de alas membranosas que permanecen acopladas durante el vuelo gracias a una serie de ganchitos (hamuli); además, suelen presentar antenas más o menos largas, de 9-10 segmentos mínimo, y un ovopositor que, en determinados grupos, ha dado lugar a un aguijón. Dentro de este orden, tanto abejas como avispas se clasifican dentro del suborden Apocrita, caracterizados por presentar una “cintura” que separa el tórax del abdomen.

Por su parte, los Apocrita se dividen tradicionalmente en dos grupos, “Parasitica” y “Aculeata”, los cuales ya mencionamos en la entrada ¿Qué son y por qué son útiles los insectos parasitoides?:

  • Parasitica”: superfamilias muy abundantes de avispas parasitoides de artrópodos (calcidoideos, icneumonoideos, cinipoideos, etc.), a excepción de la familia Cynipidae (avispas de las agallas), formada por avispas parásitas de plantas. Ninguna de estas avispas presenta aguijón, así que ¡podéis estar tranquilos!
  • Aculeata”: incluye a la mayoría de las llamadas avispas y abejas (además de hormigas), la mayoría de las cuales presenta aguijón.

Hasta aquí, podemos ver que existe un gran número de avispas parásitas que se diferencian claramente del resto de abejas y avispas con aguijón. Si seguimos profundizando, dentro de los “Aculeata” se distinguen típicamente tres superfamilias:

  • Chrysidoidea: grupo formado por avispas parásitas (muchas de ellas, cleptoparásitas) y parasitoides. La familia Chrysididae debe su popularidad a la coloración metálica de gran parte de sus miembros.
  • Apoidea: incluye a las abejas y abejorros, además de las antiguamente conocidas como avispas esfecoideas, la mayoría de las cuales ha pasado a formar parte de otra familia de apoideos (Crabronidae).
  • Vespoidea: grupo en su mayoría formado por las típicas avispas con aguijón (p.ej. familia Vespidae) y por las hormigas.
Avispa cuco o crisídido (Chrysididae). Autor: Judy Gallagher en Flickr, CC.

Claves sencillas para diferenciarlas

Después de este repaso, muchos pensaréis que esto de separar avispas y abejas no es tan sencillo; y, en realidad, tendréis parte de razón. Mientras que abejas y abejorros pertenecen a un linaje monofilético (es decir, un grupo que incluye el ancestro común más reciente y a todos sus descendientes), siendo sus caracteres bastante claros, el concepto de avispa es algo más vago.

A continuación, os presentamos algunos rasgos morfológicos y de comportamiento básicos para diferenciar a las avispas y abejas más comunes y fáciles de detectar de una forma sencilla. A ojos de entomólogos expertos, quizá resulten muy generales (y, de hecho, hay muchos otros caracteres complejos que permiten diferenciarlas); sin embargo, pueden ser de utilidad cuando no se posee mucha experiencia:

  • Las abejas (y especialmente los abejorros) suelen ser más robustas y peludas que las avispas, las cuales no presentan pilosidad aparente y suelen ser más esbeltas, con el tórax y el abdomen habitualmente más separados.
Izquierda: abeja melífera (Apis mellifera); autor: Kate Russell en Flickr, CC. Derecha: avispa del género Polistes; autor: Daniel Schiersner en Flickr, CC.
  • La mayoría de abejas presenta adaptaciones corporales para la recolecta de polen, las cuales reciben el nombre de escopa. En la mayoría, éstas se limitan a la presencia de muchos pelos en las patas traseras. Sin embargo, existen casos especiales: en la abeja melífera (Apis mellifera), además de tener pilosidades, las tibias de las patas traseras se encuentran muy ensanchadas, formando una especie de palas con las que recogen el polen; por el contrario, las abejas solitarias de la familia Megachilidae no presentan pilosidades en las patas traseras, sino una serie de pelos en la cara ventral del abdomen.
Izquierda: abeja melífera (Apis mellifera) con las patas posteriores cubiertas de polen; autor: Bob Peterson en Flickr, CC. Derecha: Megachile versicolor, con detalle de la escopa en la cara ventral del abdomen; autor: janet graham en Flickr, CC.
Macho de Halticoptera flavicornis, un calcidoideo (avispa parasitoide de pocos milímetros); autor: Martin Cooper en Flickr, CC.
  • Si ves un himenóptero más o menos esbelto con una especie de “aguijón” muy largo, no te asustes: seguramente se trate de la hembra de un parasitoide (por ejemplo, un icneumónido), y ese largo “aguijón”, de su ovopositor.
Hembra de icneumónido de la especie Rhyssa persuasoria; autor: Hectonichus, CC.
  • Muchas avispas vuelan con las patas más o menos extendidas pues, salvo raras excepciones, son cazadoras.
  • Al acercarnos a una planta con flores, observaremos una gran cantidad de insectos volando y posándose sobre ellas. Con casi total seguridad, la mayoría de himenópteros que observaremos serán abejas, pues todos los adultos y casi todas las larvas son fitófagos (se alimentan de productos vegetales), concretamente de néctar y polen.
Abeja melífera. Dominio público (Zero-CC0).
  • Si alguna vez has dejado comida al aire libre, seguro que has visto cómo acudía a ella algún himenóptero. Las larvas de la mayoría de avispas son carnívoras, por lo que los adultos aprovechan la mínima ocasión para capturar presas para su prole…o trozos de algo que te estés comiendo.
Avispas troceando pollo; autor: rupp.de, CC.

La cosa no acaba aquí: cazando mitos

Ahora que ya sabemos más o menos como diferenciarlas grosso modo, vamos a destapar algunos mitos:

  • “Las avispas no participan en la polinización de las plantas

Falso. Es cierto que las abejas juegan un papel muy relevante en la polinización: su alimentación basada en la ingesta de néctar y polen las hace visitar muchas flores y, además, presentan muchas pilosidades en las que éste queda adherido. Sin embargo, la mayoría de avispas adultas también ingiere néctar, además de otros alimentos. Si bien no presentan tantas pilosidades como las abejas, el mero hecho de visitar flores hace que su cuerpo entre en contacto con el polen y parte de él quede adherido.

Existe, también, el caso contrario: algunas abejas como las de los géneros Hylaeus y Nomada (éstas últimas conocidas como abejas cuco, abejas cleptoparásitas cuyas larvas se alimentan del polen almacenado en nidos de otras abejas solitarias) no presentan adaptaciones para el transporte de polen, y su aspecto es más cercano al de una avispa.

Izquierda: macho de Hylaeus signatus; autor: Sarefo, CC. Derecha: abeja solitaria del género Nomada; autor: Judy Gallagher, CC.
  • Todas las abejas son herbívoras y las avispas, carnívoras

Falso. Si bien casi todas las larvas de abeja se alimentan de polen y néctar, y las de avispa, de presas que cazan los adultos o bien que éstas parasitan, existen excepciones. Las larvas de las avispas de las agallas (familia Cynipidae) se alimentan del tejido vegetal de la propia agalla donde se desarrollan, mientras que las larvas de un pequeño grupo de abejas de la tribu Meliponini (género Trigona), presentes en el Neotrópico y en la región Indo-australiana, se alimentan de carroña, siendo las únicas abejas conocidas no herbívoras.

  • Las abejas son coloniales y las avispas, solitarias

Falso. Existen avispas y abejas tanto coloniales como solitarias. Las abejas melíferas son el caso de abeja colonial más típico, pero existe una enorme diversidad de abejas solitarias que construye pequeños nidos en cavidades preestablecidas o que ellas excavan. De la misma manera, también existen avispas coloniales, como algunas del género Polistes (avispas papeleras), que construyen panales en los que se establecen ciertos roles jerárquicos (aunque suelen ser más pequeños que los de las abejas).

  • Todas las abejas y avispas pican

Falso. Las abejas de la tribu Meliponini, también denominadas abejas sin aguijón, presentan un aguijón tan reducido que carece de función defensiva, por lo que presentan otros métodos para defenderse (mordeduras). Además, las hembras de algunas abejas (por ejemplo, familia Andrenidae) no presentan aguijón. Por descontado, todos los machos de abejas y avispas carecen de aguijón, pues recordemos que se trata del ovopositor modificado.

  • Las abejas mueren cuando pican; las avispas pueden picar muchas veces

Parcialmente cierto. En las abejas melíferas de la especie Apis mellifera, la superficie del aguijón está cubierta de una serie de barbas que le dan un aspecto de serrucho, por lo que el aguijón queda clavado en la superficie de su víctima, arrastrando tras de sí todo el contenido abdominal al que se halla adherido. En las avispas, las abejas solitarias y los abejorros, en cambio, la superficie del aguijón es casi lisa o las barbas están muy reducidas, pudiendo retraerlas y retirar así el aguijón sin problemas.

Detalle del aguijón de una abeja melífera; autor: Landcare Research, CC.

  • “Las avispas son más agresivas que las abejas

Depende. Por lo general, las avispas tienen mayor facilidad para nidificar en cualquier sitio, por lo que es más probable que las personas y otros animales entren en contacto con ellas. Por el contrario, las abejas suelen tener preferencia por lugares menos expuestos. Sin embargo, esto no es siempre así: las abejas africanas, de las cuales hablamos en otra entrada, ¡pueden nidificar en casi cualquier sitio y son muy agresivas!

  • Las avispas son de colores más llamativos que las abejas

Falso. De hecho, parcialmente falso. Al no tener pilosidad aparente, la coloración de las avispas suele ser más llamativa en términos generales. Sin embargo, existen géneros de abejas con colores muy llamativos, como las solitarias Anthidium, con una coloración abdominal muy llamativa, similar a la de una avispa, o las abejas de las orquídeas. De la misma manera, existen avispas de coloración oscura y poco llamativa.

Macho de Anthidium florentium; autor: Alvesgaspar, CC.

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Aunque existen muchas otras diferencias, esperamos que este resumen os ayude a reconocerlas…¡Y a quererlas por igual!

REFERENCIAS

 

Aves migratorias: unas viajeras incansables

¿Te has fijado que algunas aves aparecen durante ciertas épocas del año y de repente, un día, vuelven a desaparecer hasta el año siguiente? ¿Dónde van y por qué deciden volar a veces, a miles de kilómetros? Sin duda la migración de las aves es un fenómeno que ha fascinado al ser humano desde que se percató de estas apariciones y desapariciones de ciertas especies. En este artículo podrás tener una visión general de la migración y descubrir algunos datos muy curiosos e increíbles de estas maravillosas aves. 

¿A QUÉ LLAMAMOS FENÓMENO MIGRATORIO?

La migración es un fenómeno natural que se da en muchas especies, aunque es especialmente llamativo en aves. La necesidad de obtener  recursos esenciales (alimento, zonas adecuadas de cría,…) en determinados momentos de su ciclo vital, despiertan el instinto de las aves a iniciar el viaje en busca de nuevos hábitats más favorables.  Se llama migración a los movimientos poblacionales que realizan las aves, a veces a grandes distancias, de manera cíclica, que suelen coincidir con la abundancia de algún recurso y/o las diferentes estaciones del año.

Podemos hablar de migradores de corta distancia, que realizan desplazamientos relativamente cortos, como aquellas que se desplazan desde zonas montañosas a lugares de menor altitud buscando inviernos más suaves, o migradores de larga distancia que recorren miles de kilómetros y deben superar barreras físicas, meteorológicas y ecológicas.

Desde la Época Glaciar, las aves migratorias han evolucionado para volar a grandes distancias con el fin de ocupar diferentes hábitats y beneficiarse de la abundancia de recursos estacionales en climas diferentes. El comportamiento migratorio deriva probablemente de una evolución inducida parcialmente por los cambios climáticos de la Tierra, e implica la adaptación de los animales que llegan a condiciones de vida muy diversas. Esta conducta se ha desarrollado en gran cantidad de especies que habitan latitudes más norteñas del Hemisferio Norte y más meridionales del Hemisferio Sur.

¿QUÉ TIPOS DE MOVIMIENTOS MIGRATORIOS PODEMOS ENCONTRAR?

Las aves migratorias realizan dos viajes, que se corresponden con diferentes estaciones y momentos de su ciclo anual.

  • Migración prenupcial o primaveral: se realiza hacia zonas de cría (primavera-verano), donde encuentran recursos suficientes para alimentarse y criar a su descendencia, así como lugares de nidificación más seguros.
  • Migración postnupcial o invernal: en la que adultos y juveniles, que han nacido esa temporada, vuelven a pasar el invierno a zonas con climas más favorables y disponibilidad de recursos alimenticios.
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Grupo de grullas en una de sus áreas de invernada, aquí encuentran alimento y temperaturas más suaves que en el Norte de Europa – FOTO: Manuel Gómez Calzado

Estos movimientos, que suelen tener patrones concretos según la especie, definen las diferentes rutas migratorias.

Además, según el patrón que sigan, podemos diferenciar entre:

  • Migración longitudinal: en dirección este-oeste, la realizan algunas aves que se desplazan de regiones centrales de los continentes, donde el clima es más extremo, a climas más cálidos en las costas.
  • Migración altitudinal: realizada por especies que se mueven en diferentes altitudes en las montañas de manera estacional, ya sea evitando temperaturas extremadamente bajas de las cumbres, o buscando algún tipo de recurso como lo hacen algunos colibrís en Costa Rica que siguen a las flores.
  • Migración latitudinal: corresponde a los movimientos norte-sur, y son los desarrollados por la mayoría de las especies que viven en latitudes situadas al norte, como las aves playeras y gorriones de Norteamérica, o muy al sur, como los págalos que habitan en el extremo sur de Sudamérica.

Hay que tener en cuenta que puede haber variaciones en el comportamiento migrador entre individuos, incluso dentro de la misma especie, dependiendo de factores como la edad, el sexo o la población de origen.

LAS RUTAS MIGRATORIAS

Las aves realizan estos desplazamientos migratorios siguiendo rutas muy precisas, con alguna característica importante (cuenca de un gran río, cadena montañosa, costa,…) y que aseguran condiciones favorables durante la mayor parte del recorrido. Además, en rutas largas utilizan puntos adecuados, donde pueden descansar y alimentarse a lo largo de su viaje, denominados áreas de reposo.

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Grandes rutas migratorias a nivel mundial – Foto: Seobirdlife

La gran mayoría de aves de Europa y Asia, como cigüeñas y buitres, pasan el invierno en la zona tropical de África, por lo que su ruta migratoria cruza por la Península Arábiga y el Canal de Suez. Las aves migratorias de Estados Unidos y Canadá invernan generalmente en México y América Central y llegan a su destino siguiendo las rutas que dependen de su lugar de origen: las del este lo hacen a través del Golfo de México o siguiendo la cuenca del río Mississippi, las del oeste a través de las Montañas Rocosas y las montañas de México, y las del Pacífico utilizan la costa o el mar abierto.

Sin embargo, las rutas pueden ser muy variadas y dependen a veces de la historia de distribución de las aves; por ejemplo, la lavandera pinta es una especie característica de Eurasia, la cual invadió Norteamérica. Puesto que sus parientes suelen invernar en África, las poblaciones norteamericanas cruzan Canadá, el norte del Atlántico y Europa para llegar a invernar en África haciendo un viaje mucho más largo.

Se ha demostrado que las rutas no son tan fijas como se creía y que a lo largo del tiempo pueden variar en función de las necesidades de las especies y de las condiciones en un mundo en continuo cambio. Además, se han observado variaciones en grupos diferentes de una misma especie, en función de las condiciones ambientales que haya en un momento determinado.

CÓMO MIGRAN LAS AVES

El ser humano siempre se ha preguntado cómo se orientan las aves para recorrer tales distancias. Diversos estudios en esta materia han permitido confirmar que las aves combinan mecanismos muy sorprendentes para desplazarse, como el campo magnético terrestre, posición del sol o la luna, posición de las estrellas, luz polarizada y ultravioleta, reconocimiento de accidentes geográficos, ondas sonoras reflejadas y los sentidos del olfato y el gusto.

Un estudio ha confirmado que las aves migratorias tienen un compuesto de proteínas en sus retinas que actúa como una brújula fotomagnética. Cuando se la ilumina con la luz típica del anochecer, la molécula, llamada CPF por sus siglas, sufre una reacción química que produce otro compuesto que es sensible a la magnitud y la dirección de un campo magnético débil. Y esa reacción química hace que dos electrones giren en direcciones opuestas, obligándolos a alinearse y a proveer una locación fija que ayuda a las aves a encontrar el rumbo hacia el norte o hacia el sur.

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Compuesto de proteínas que actúa como brújula fotomagnética – FOTO: http://concienciangela.blogspot.com.es/

Hay que tener en cuenta que para algunas aves la migración es un proceso innato e individual, como es el caso de la mayoría de aves paseriformes y tienen mecanismos para orientarse perfectamente. En otros casos, cuando las aves viajan en grupo, se trata de un comportamiento que se adquiere por aprendizaje social ya que los jóvenes viajan con adultos experimentados. Las aves nacidas de dos progenitores con diferentes rutas migratorias suelen elegir una ruta migratoria intermedia. Aunque aspectos como la orientación y el aprendizaje influyen en la elección de la ruta migratoria, el impulso migratorio forma parte del ADN de estas aves y es determinante en la selección de la ruta.

El momento de la migración está asociado a ritmos fisiológicos internos anuales relacionados con la duración de los días y la variación de las condiciones ambientales. Estos cambios tienen un efecto en el comportamiento general de las aves migratorias, que comienzan a alimentarse en exceso para acumular grasa que les permitirá realizar el viaje.

ALGUNAS CURIOSIDADES

Probablemente, el ave que tiene el récord mundial de migración a larga distancia es el Charrán ártico (Sterna paradisaea) que viaja desde el Ártico, donde se encuentra su área de reproducción en verano, hasta el Antártico para alimentarse en invierno. Esta distancia supone 80000 km cada año, distancia que recorre sin detenerse, para lo cuál ha desarrollado la capacidad de dormir con un hemisferio del cerebro “desactivado” y otro activado, para así no detener el vuelo.

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Charrán ártico (Sterna parasidaea) y ruta migratoria – Foto: Birdlife

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En una investigación con vencejos reales (Tachymarptis melba), en la que se les colocaron sensores eléctricos, pudo determinarse que esta especie es capaz de permanecer en el aire más de 6 meses durante su migración a África. Lo más sorprendente es que realizan todos sus procesos vitales en vuelo, incluso el sueño.

El ave migratoria que vuela más alto es la grulla (Grus grus) que es capaz de sobrevolar la cordillera del Himalaya cada año con ayuda de las corrientes térmicas. Las áreas de reproducción de esta especie se extienden por el norte de Europa y centro y noroeste de Asia, con algunos otros núcleos en Europa suroriental y en las inmediaciones de los mares Caspio y Negro. En su invernada llegan a España, Portugal, norte y este de África, sur de Francia y Asia meridional.

¿UN FUTURO INCIERTO?

Las aves migratorias tienen un papel fundamental en el medio ambiente, ya que cumplen una función ecológica en las zonas por las que pasan en su viaje, así como en las zonas en las que permanecen algún tiempo (áreas de cría y  de invernada).

La más importante función de estas aves es el control biológico, actuando como pesticida natural siendo un aliado perfecto del agricultor. En aves insectívoras, la necesidad de alimento durante la época de cría puede multiplicarse de manera increíble, pudiendo llegar a consumir toneladas diarias de insectos. Intervienen en la polinización y dispersión de semillas, son buenos indicadores tanto de polución como cambios en uso del suelo y cambio climático. Además, estas aves y su observación supone un recurso económico para las zonas rurales donde se instalan a través del turismo ornitológico.

En la migración, las aves encuentran amenazas durante el viaje como pueden ser barreras de origen natural (montañas, mares,…) o artificiales (carreteras, embalses,…) que dificultan el viaje. Además, tienen que enfrentarse a factores naturales (tormentas, sequías, inundaciones,…) y humanos (caza, parques eólicos, destrucción de lugares de nidificación y/o descanso, molestias, destrucción de humedales, conflictos armados…) al llegar a su destino.

Por ello, ya que las aves migratorias no conocen límites, necesitan la protección de todos los países por donde discurre su viaje. La Convención de Bonn (1979) regula su conservación y la de sus hábitats. Además, en el año 2006 se comenzaron a organizar campañas de sensibilización a nivel global promovidas por las Secretarías de la Convención sobre las Especies Migratorias (CMS) y del Acuerdo sobre la Conservación de Aves Acuáticas Migratorias de África y Eurasia (AEWA), que nos recuerdan la necesidad de conservar las aves migratorias y sus hábitats.

REFERENCIAS

  • “Birds Migratory flyways influence the phylogeography of the invasive brine shrimp Artemia frasciscana in its native American range” – Joaquín Muñoz, Franciasco Amat, Andy J. Green, Jordi Figuerola and Africa Gómez
  • Effect of climate on the migration behavior of the common buzzard Buteo buteo – Martin, Beatriz; Onrubia, Alejandro; Ferrer, Miguel – 2014, Climate Research 60: 187 – 197 (2014)
  • Regional Forest Fragmentation and the Nesting Success of Migratory Birds – Robinson, Scott K.; Thompson III, Frank R.; Donovan, Therese M.; Whitehead, Donald R.; Faaborg, John; – Scientific Journal (JRNL) – 1995
  • FOTO DE PORTADA: Jacinto Alduán Palacín – http://jacintoalduan.blogspot.com.es/ Grullas (Grus grus) a su paso en migración hacia el norte de Europa, a través del Pirineo. Al fondo, Sierra de Guara (2078 m.) situada frente a la Hoya de Huesca, como ejemplo de las altas cumbres que las aves tendrán que atravesar.

Plantas y animales también pueden vivir en matrimonio

Cuando pensamos en la vida de las plantas se hace difícil imaginarla sin la interacción con los animales, puesto que estos día a día establecen diferentes relaciones simbióticas con ellas. Entre estas relaciones simbióticas encontramos la herbívora, o el caso contrario, el de las plantas carnívoras. Pero, hay muchas otras interacciones súper importantes entre plantas y animales, como la que lleva a estos organismos a ayudarse los unos a los otros y a convivir juntos. Por eso, esta vez os quiero presentar el mutualismo entre plantas y animales.

Y ¿qué es el mutualismo? Pues es la relación que se establece entre dos organismos en la que ambos se benefician de la convivencia en conjunto, es decir, los dos consiguen una recompensa cuando viven en compañía. Esta relación consigue aumentar su eficacia biológica (fitness) por lo que existe una tendencia de los dos organismos a convivir siempre juntos.

Según esta definición tanto polinización como dispersión de semillas a través de animales son casos de mutualismo. Veámoslo.

POLINIZACIÓN POR ANIMALES

Muchas plantas reciben visitas a sus flores por parte de animales que pretenden alimentarse del néctar, del polen o de otros azúcares que éstas producen y a cambio transportan polen hacia otras flores, permitiendo que este llegue al estigma de una manera muy eficaz. Así, la planta obtiene el beneficio de la fecundación con un coste de producción menor de polen que el que supondría dispersarlo por el aire (el cual llegaría con menor probabilidad al estigma de otras flores). Y los animales a cambio obtienen como recompensa el alimento. Se establece así una verdadera relación de mutualismo entre los dos organismos.

 “Video:The Beauty of Pollination” – Super Soul Sunday – Oprah Winfrey Network (www.youtube.com)

El caso extremo de mutualismo se da cuando estas especies evolucionan una dependiendo de la otra, es decir, cuando se da coevolución. Entendemos por coevolución esas adaptaciones evolutivas que permiten a los dos o más organismos establecer una relación de simbiosis estrecha, ya que las adaptaciones evolutivas de uno influyen en las adaptaciones evolutivas del otro organismo. Por ejemplo esto se da entre varías orquídeas  y sus polinizadores, como es el conocido caso de la Orquídea de Darwin. Pero hay muchas otras plantas que también han coevolucionado con sus polinizadores, como la higuera  o la yuca.

De ninguna manera esto se debe confundir con el engaño que algunas plantas producen sobre sus polinizadores, los cuales no obtienen ningún beneficio directo. Por ejemplo, algunas orquídeas también atraen a sus polinizadores a través de olores (feromonas) y de sus curiosas formas que se asemejan a las hembras del polinizador, haciendo que éste se acerque a ellas para copularlas y quede impregnado de polen que será transportado a otras flores gracias al mismo engaño.

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Orquídea abejera (Ophrys apifera) (Autor: Bernard DUPONT, flickr).

DISPERSIÓN DE SEMILLAS POR ANIMALES

La dispersión de semillas por animales se considera que ha tenido lugar gracias a un proceso coevolutivo entre los animales y los mecanismos de dispersión de las semillas en el cual tanto plantas como animales obtienen un beneficio. Lo más probable es que este proceso se iniciara en el Carbonífero (~300MA), donde ya se cree que algunas plantas como las cícadas desarrollaban unos falsos frutos carnosos que podrían ser consumidos por reptiles primitivos que actuarían de agentes dispersores de semillas. Este proceso se habría intensificado con la diversificación de las plantas con flores (Angiospermas) y de pequeños mamíferos y aves durante el Cretácico (65-12MA), hecho que permitió la diversificación de los mecanismos de dispersión y de las estructuras del fruto.

El mutualismo se puede dar de dos maneras dentro de la dispersión de semillas por animales.

El primer caso la llevan a cabo los dispersores que ingieren semillas o frutos que expulsaran posteriormente, sin ser digeridos, por defecación o regurgitación. Los frutos y semillas preparados para este caso son portadores de recompensas o señuelos, con los que a la vez atraen a sus agentes dispersantes, ya que los frutos suelen ser carnosos, dulces y a menudo tienen colores vistosos o emiten olores para atraer a los animales.

Por ejemplo, Acacia cyclops forma unas vainas que contienen semillas rodeadas por eleosomas (sustancias muy nutritivas formadas normalmente por aceites) que son mucho más grandes que la propia semilla. Esto supone un coste elevado de energía por parte de la planta, ya que no solo tiene que hacer las semillas sino que también tiene que formar esta recompensa. Pero a cambio, la cacatúa Galah (Eolophus roseicapillus) transporta a larga distancia sus semillas, ya que al alimentarse de este eleosoma ingiere las semillas que serán transportadas por su vuelo a larga distancia hasta que sean expulsadas por defecación en otros lugares.

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Izquierda, Cacatúa Galah (Eolophus roseicapillus) (Autor: Richard Fisher, flickr) ; Derecha, Vainas de Acacia cyclops (semillas negras, eleosoma rosa) (Autor: Sydney Oats, flickr).

Y el otro tipo de dispersión de semillas por animales que establece una relación de mutualismo es aquel donde las diásporas son recogidas por el animal en época de abundancia y las entierra para disponer de ellas como alimento cuando tenga necesidad. Pero no todas son comidas y algunas germinan.

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Ardilla recogiendo frutos (Autor: William Murphy, flickr)

Pero no todo acaba aquí, puesto que hay otros ejemplos bien curiosos y menos conocidos que de alguna manera han hecho que tanto animales como plantas vivan juntos en un perfecto “matrimonio”.  Veamos un par de ejemplos:

Azteca y Cecropia

Las plantas del género Cecropia viven en los bosques tropicales húmedos de Centroamérica y Sudamérica, siendo unas grandes luchadoras. Su estrategia por conseguir alzarse y captar luz evitando la competencia con otras plantas ha sido la firme relación que mantienen con las hormigas del género Azteca.

Las plantas proporcionan nidos a las hormigas, puesto que sus tallos terminales son normalmente huecos y septados (con separaciones) lo que les permite a las hormigas habitarlas por dentro, y además las plantas también producen cuerpos müllerianos, que son pequeños cuerpos alimenticios ricos en glicógeno de los cuales las hormigas se alimentan. A cambio, las hormigas protegen a Cecropia de lianas o bejucos, otorgando un gran éxito como planta pionera.

Ant Plants: CecropiaAzteca Symbiosis (www.youtube.com)

Marcgravia y murciélagos

Hace pocos años se ha descubierto que una planta de Cuba polinizada por murciélagos ha evolucionado dando pie a hojas modificadas que actúan como antena parabólica para la ecolocalización (radar) de los murciélagos. Es decir, su forma facilita que los murciélagos la localicen rápidamente lo que les permite recolectar néctar de manera más eficaz y a las plantas ser polinizadas con mayor éxito, ya que los murciélagos se desplazan rápidamente visitando cientos de flores cada noche para alimentarse.

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Marcgravia (Autor: Alex Popovkin, Bahia, Brazil, Flickr)

 

En general, vemos que la vida de las plantas depende mucho de la vida de los animales, ya que estos están conectados de una forma u otra. Toda estas interacciones que hemos presentado forman parte de un conjunto aún mayor que hacen de la vida una más compleja y peculiar, en la que la vida de uno no se explica sin la vida del otro. Por este motivo, podemos decir que la vida de algunos animales y algunas plantas se asemeja a un matrimonio.

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REFERENCIAS

  • Apuntes obtenidos en diversas asignaturas durante la realización del Grado de Biología Ambiental (Universidad Autónoma de Barcelona) y el Máster de Biodiversidad (Universidad de Barcelona).
  • Bascompte, J. & Jordano, P. (2013) Mutualistic Networks (Chapter 1. Biodiversity and Plant-Animal Coevolution). Princeton University Press, pp 224.
  • Dansereau, P. (1957): Biogeography: an Ecological Perspective. The Ronald Press, New York., pp. 394.
  • Fenner M. & Thompson K. (2005). The Ecology of seeds. Cambridge: Cambridge University Press, 2005. pp. 250.
  • Font Quer, P. (1953): Diccionario de Botánica. Editorial Labor, Barcelona.
  • Izco, J., Barreno, E., Brugués, M., Costa, M., Devesa, J. A., Fernández, F., Gallardo, T., Llimona, X., Parada, C., Talavera, S. & Valdés, B. (2004) Botánica ªEdición. McGraw-Hill, pp. 906.
  • Murray D. R. (2012). Seed dispersal. Academy Press. 322 pp.
  • Tiffney B. (2004). Vertebrate dispersal of seed plants through time. Annual Review of Ecology, Evolution and Systematics. 35:1-29.
  • Willis, K.J. & McElwain, J.C. (2014) The Evolution of Plants (second edition). Oxford University Press, pp. 424.
  • National Geographic (2011). Bats Drawn to Plant via “Echo Beacon”. http://news.nationalgeographic.com/news/2011/07/110728-plants-bats-sonar-pollination-animals-environment/

Evolución para principiantes 2: la coevolución

Después del éxito de Evolución para principiantes, seguimos con un artículo para seguir conociendo aspectos básicos de la evolución biológica. ¿Por qué hay insectos que parecen orquídeas y viceversa? ¿Por qué gacelas y guepardos son casi igual de rápidos? ¿Por qué tu perro te entiende? En otras palabras, ¿qué es la coevolución?

¿QUÉ ES LA COEVOLUCIÓN?

Ya sabemos que es inevitable que los seres vivos establezcan relaciones de simbiosis entre ellos. Unos dependen de otros para sobrevivir, y a la vez, del acceso a elementos de su entorno como agua, luz o aire. Estas presiones mutuas entre especies hacen que evolucionen conjuntamente y según evolucione una especie, obligará a su vez a la otra a evolucionar. Veamos algunos ejemplos:

POLINIZACIÓN

El proceso más conocido de coevolución lo encontramos en la polinización. Fue de hecho el primer estudio coevolutivo (1859), a cargo de Darwin, aunque él no utilizara este término.  Los primeros en acuñarlo fueron Ehrlich y Raven (1964).

Los insectos ya existían mucho antes de la aparición de plantas con flor, pero su éxito se debió al descubrimiento de que el polen es una buena reserva de energía. A su vez, las plantas encuentran en los insectos una manera más eficaz de transportar al polen hacia otra flor. La polinización gracias al viento (anemofilia) requiere más producción de polen y una buena dosis de azar para que al menos algunas flores de la misma especie sean fecundadas. Muchas plantas han desarrollado flores que atrapan a los insectos hasta que están cubiertos de polen y los dejan escapar. Estos insectos presentan pelos en su cuerpo para permitir este proceso. A su vez algunos animales han desarrollado largos apéndices (picos de los colibríes, espiritrompas de ciertas mariposas…)  para acceder al néctar.

Polilla de Darwin (Xantophan morganii praedicta). Foto de Minden Pictures/Superstock
Polilla de Darwin (Xantophan morganii praedicta). Foto de Minden Pictures/Superstock

Es famoso el caso de la polilla de Darwin (Xanthopan morganii praedicta) del que ya hemos hablado en una ocasión. Charles Darwin, estudiando la orquídea de Navidad (Angraecum sesquipedale), observó que el néctar de la flor se encontraba a 29 cm del exterior. Intuyó que debería existir un animal con una espiritrompa de ese tamaño. Once años después, el mismo Alfred Russell Wallace le informó que había esfinges de Morgan con trompas de más de 20 cm y un tiempo más tarde se encontró en la misma zona donde Darwin había estudiado esa especie de orquídea (Madagascar). En honor de ambos se añadió el “praedicta” al nombre científico.

También existen las llamadas orquídeas abejeras, que imitan a hembras de insectos para asegurarse su polinización. Si deseas saber más sobre estas orquídeas y la de Navidad, no te pierdas este artículo de Adriel.

Anoura fistulata, murcielago, bat
El murciélago Anoura fistulata y su larga lengua. Foto de Nathan Muchhala

Pero muchas plantas no sólo dependen de los insectos, también algunas aves (como los colibríes) y mamíferos (como murciélagos) son imprescindibles para su fecundación. El récord de mamífero con la lengua más larga del mundo y segundo vertebrado (por detrás del camaleón) se lo lleva un murciélago de Ecuador (Anoura fistulata); su lengua mide 8 cm (el 150% de la longitud de su cuerpo). Es el único que poliniza una planta llamada Centropogon nigricans, a pesar de la existencia de otras especies de murciélagos en el mismo hábitat de la planta. Esto plantea la pregunta si la evolución está bien definida y se da entre pares de especies o por contra es difusa y se debe a la interacción de múltiples especies.

RELACIONES DEPREDADOR-PRESA

El guepardo (Acinonyx jubatus) es el vertebrado más rápido sobre la tierra (hasta 115 km/h).  La gacela de Thomson (Eudorcas thomsonii), el segundo (hasta 80 km/h). Los guepardos tienen que ser lo suficientemente rápidos para capturar alguna gacela (pero no todas, a riesgo de desaparecer ellos mismos) y las gacelas suficientemente rápidas para escapar alguna vez y reproducirse. Sobreviven las más veloces, así que a su vez la naturaleza selecciona los guepardos más rápidos, que son los que sobreviven al poder comer. La presión de los depredadores es un factor importante que determina la supervivencia de una población y qué estrategias deberá seguir la población para sobrevivir. Así mismo, los depredadores deberán encontrar soluciones a las posibles nuevas formas de vida de sus presas para tener éxito.

Guepardo persiguiendo una gacela. Foto de Federico Veronesi
Guepardo persiguiendo una gacela de Thomson en Kenya. Foto de Federico Veronesi

Lo mismo sucede con otras relaciones depredador-presa, parásito-hospedador o herbívoros-plantas, ya sea con el desarrollo de la velocidad u otras estrategias de supervivencia como venenos, pinchos…

HUMANOS Y PERROS… Y BACTERIAS

Nuestra relación con los perros, que data de tiempos prehistóricos, también es un caso de coevolución. Esto nos permite, por ejemplo, crear lazos afectivos con sólo mirarlos. Si quieres ampliar la información, de invitamos a leer este artículo pasado donde tratamos el tema de la evolución de perros y humanos en profundidad.

Otro ejemplo es la relación que hemos establecido con las bacterias de nuestro sistema digestivo, indispensables para nuestra supervivencia. O también con las patógenas: han coevolucionado con nuestros antibióticos, por lo que al usarlos indiscriminadamente, se ha favorecido la resistencia de estas especies de bacterias a los antibióticos.

IMPORTANCIA DE LA COEVOLUCIÓN

La coevolución es uno de los principales procesos responsables de la gran biodiversidad de la Tierra. Segun Thompson, es la responsable que existan millones de especies en lugar de miles.

Las interacciones que se han desarrollado con la coevolución son importantes para la conservación de las especies. En los casos donde la evolución ha sido muy estrecha entre dos especies, la extinción de una llevará a la otra casi con seguridad también a la extinción. Los humanos alteramos constantemente los ecosistemas y por lo tanto, la biodiversidad y evolución de las especies. Con sólo la disminución de una especie, afectamos muchas más. Es el caso de la nutria marina, que se alimenta de erizos.

Nutria marina (Enhydra lutris) comiendo erizos. Foto de Vancouver Aquarium
Nutria marina (Enhydra lutris) comiendo erizos. Foto de Vancouver Aquarium

Al ser cazada por su piel, el siglo pasado los erizos aumentaron de número, arrasaron poblaciones enteras de algas (consumidoras de CO2, uno de los responsables del calentamiento global), las focas que encontraban refugio en las algas ahora inexistentes, eran más cazadas por las orcas… la nutria es pues una especie clave para el equilibrio de ese ecosistema y del planeta, ya que ha evolucionado conjuntamente con los erizos y algas.

De las relaciones coevolutivas entre flores y animales depende la polinización de miles de especies, entre ellas muchas de interés agrícola, por lo que no hay que perder de vista la gravedad del asunto de la desaparición de un gran número de abejas y otros insectos en los últimos años. Un complejo caso de coevolución que nos afectaría directamente es la reproducción de la higuera.

EN RESUMEN

Como hemos visto, la coevolución es el cambio evolutivo entre dos o más especies que interactúan, de manera recíproca y gracias a la selección natural.

Para que haya coevolución se debe cumplir:

  • Especificidad: la evolución de cada carácter de una especie se debe a presiones selectivas del carácter de la otra especie.
  • Reciprocidad: los caracteres evolucionan de manera conjunta.
  • Simultaneidad: los caracteres evolucionan al mismo tiempo.

REFERENCIAS

Mireia Querol Rovira

¡Migración en peligro! La mariposa monarca desaparece

Por lo general, tendemos a asociar los fenómenos migratorios a organismos complejos (grandes mamíferos y aves). Pero, como en todo, siempre hay excepciones a la regla: las poblaciones norteamericanas de la mariposa monarca (Danaus plexippus) emprenden cada año un viaje de casi 5000km (¡más que algunos grandes animales!) con el fin de alcanzar sus zonas de hibernación, en las que se aglomeran miles de ejemplares. Desgraciadamente, los fenómenos migratorios dependen de muchos factores que se encuentran vulnerados en la actualidad debido a la presión antrópica, por lo que el futuro de estas poblaciones y de sus migraciones se encuentra en peligro.

En este artículo, veremos algunos de los aspectos más curiosos de la biología de estos organismos, las causas que podrían estar comprometiendo a sus poblaciones y las consecuencias que esto acarrearía.

INTRODUCCIÓN

La mariposa monarca (Danaus plexippus) es un lepidóptero de la familia Nymphalidae. Es, posiblemente, una de las mariposas más conocidas de Norte América, ya que sus poblaciones realizan cada otoño una migración de casi 5000km desde el Norte de EEUU y Canadá hacia la costa de California y México, donde pasan el invierno. Es, con diferencia, el insecto que lleva a cabo la migración más extensa y numerosa de todos.

Ejemplar de mariposa monarca (Danaus plexippus) con su patrón de coloración típico: blanco, negro y naranja (Foto de Peter Miller en Flickr, Creative Commons).

Aunque las más conocidas de todas son las poblaciones norteamericanas debido a sus migraciones, existen poblaciones en varias islas del Atlántico (Islas Canarias, Azores y Madeira) y, ocasionalmente, también como migrantes transoceánicos que alcanzan Europa Occidental (Islas británicas y España). Además, también fueron introducidas en Nueva Zelanda y Australia durante el siglo XIX.

CICLO DE VIDA

El ciclo vital de esta especie es muy singular. Para empezar, se trata de una mariposa especialista: realiza las puestas exclusivamente en plantas del género Asclepias o algodoncillos, y las orugas que nacen de ellas (de rayas blancas, negras y amarillas) se alimentan únicamente de esta planta. Esto es especialmente importante debido a que dichas plantas contienen glicósidos cardíacos que la oruga va asimilando, adquiriendo así un sabor desagradable para los depredadores que se conservará en la etapa adulta.

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Oruga de mariposa monarca (Foto de Lisa Brown en Flickr, Creative Commons).

Una vez completada la fase de oruga, tiene lugar la metamorfosis, tras las cual surgen los adultos con su característico patrón de colores. Los colores llamativos tanto de las orugas como de los adultos esconden una función comunicativa: se trata de un mecanismo para alertar de su toxicidad, lo que en términos científicos se conoce como aposematismo o mimetismo aposemático, hecho bastante frecuente en muchos otros grupos de animales (incluso en los mamíferos).

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Fases de la metamorfosis de la mariposa monarca (Foto de Steve Greer Photography).

La fase adulta también destaca por sus peculiaridades: durante la época reproductiva (abril-agosto), se producen varias generaciones de adultos, los cuales tienen una esperanza de vida de unas pocas semanas. Entonces ocurre algo sorprendente: la generación nacida a finales de agosto, momento en que las temperaturas empiezan a descender y los días se hacen más cortos, pausa su capacidad reproductiva dejando sus órganos sexuales sin desarrollar (fenómeno conocido como diapausa reproductiva) y destina todos sus recursos a alargar su esperanza de vida hasta los 9 meses de edad. Esta generación es conocida como “generación Matusalén” debido a su longevidad.

Este aumento de la longevidad esconde un significado vital, pues serán éstas mariposas las que realizarán la migración para alcanzar las zonas de hibernación (costa de California y México) y, una vez finalizado el invierno, volverán de nuevo al norte de EEUU y Canadá.

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Cientos de mariposas monarca volando en el Santuario el Rosario (México) (Foto de Luna sin estrellas en Flickr, Creative Commons).

UNA ODISEA DE IDA Y VUELTA: LA GRAN MIGRACIÓN

La mariposa monarca no se encuentra exclusivamente en Norteamérica, mas no se ha registrado un fenómeno migratorio tan espectacular de esta especie en ninguno de los otros lugares donde reside. Esto se cree que es debido a la enorme expansión que sufrieron los algodoncillos (planta de la cual se alimentan) por todo el territorio, lo que permitió a las mariposas expandirse hacia el sur.

¿QUÉ LUGARES VISITA?

Las migraciones siempre esconden matices. En el caso de la mariposa monarca, la migración hacia el sur está dividida en dos grandes migraciones simultáneas:

  • La migración del este, formada por aquellas mariposas que viajan desde el este de las Montañas Rocosas, sur de Canadá y gran parte de EEUU hacia el centro de México (hasta un 90% del total de mariposas monarca norteamericanas).
  • La migración del oeste, que incluye aquellas mariposas que viajan desde el oeste de las Montañas Rocosas, sur de Canadá y una pequeña parte de EEUU hacia distintos lugares de hibernación a lo largo de la costa de California (constituyen el 10% restante de la población).
Rutas migratorias de la mariposa monarca en Norteamérica (ida y vuelta) (Fuentes: Monarchwatch.org y Monarch Alert).

Una vez en las zonas de hibernación, las mariposas no se reproducen, sino que entran en un estado letárgico hasta la primavera siguiente, momento en el que se vuelven activas sexualmente, copulan y emprenden el viaje de regreso al norte. Así, es muy habitual encontrarlas formando grandes aglomeraciones sobre árboles durante el invierno.

Miles de mariposas monarca aglomeradas sobre la vegetación de los bosques en sus zonas de hibernación (Foto de Carlos Adampol Galindo en Flickr, Creative Commons).

FIGURAS DE PROTECCIÓN

Allí por donde pasa, la mariposa monarca se encuentra amparada por numerosas figuras de protección.

Una de las más importantes es la Reserva de la Biosfera de la Mariposa Monarca (Estado de México), la cual fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2008.

Reserva de la Biosfera de la Mariposa Monarca (Foto de Michelle Tribe en Flickr, Creative Commons).

Y no es de extrañar que se encuentre tan protegida: a parte de ser un espectáculo impresionante, se trata de organismos con un papel polinizador muy relevante debido a su amplio rango de dispersión, hecho que es vital tanto para mantener la riqueza floral salvaje como para el buen desarrollo de los cultivos de Norte América.

¡LA “REINA” ESTÁ EN PELIGRO!

A pesar de los esfuerzos por protegerla, el fenómeno migratorio de la mariposa monarca norteamericana podría verse comprometido por la presión antrópica, lo que podría poner en peligro el futuro de estas poblaciones.

Según datos recientes proporcionados por la WWF, la superficie ocupada por las mariposas en las zonas de hibernación ha disminuido un 94% en 10 años, pasando de 27,48 acres ocupadas en 2003 a tan sólo 1,65 acres en 2013, la cifra más pequeña desde hace 20 años.

Reducción de la superficie ocupada por las mariposas monarca en las zonas de hibernación (Datos de la WWF).

Si bien es cierto que, de forma natural, la superficie ocupada por las mariposas en las zonas de hibernación siempre ha fluctuado año tras año, hasta ahora no se había registrado un descenso tan acusado y sin recuperación de estos valores. Por lo tanto, las mariposas están dejando de viajar tan al sur.

Área total ocupada por las mariposas en las zonas de hibernación desde 1993 hasta 2013 (WWF-Telcel-CONANP).

Estos fenómenos de recesión se han registrado también en otras especies de mariposas alrededor del mundo, por lo que debe existir algún factor en común que esté afectando a sus poblaciones.

¿QUÉ PODRÍA ESTAR CAUSANDO ESTA RECESIÓN?

Según la WWF, las causas que podrían estar comprometiendo la migración de las monarcas son:

  • La reducción del área de dispersión de los algodoncillos (Asclepias spp.): las orugas se alimentan exclusivamente de estas plantas, de las cuales adquieren su toxicidad. Sin embargo, el uso de ciertos herbicidas y los cambios en los regímenes de lluvias podrían estar limitando su rango en buena parte de Norteamérica, limitando así su fuente de alimentación.
  • La deforestación: la tala masiva de árboles y la desertización estarían reduciendo sus hábitats de hibernación.
  • Clima extremo: los efectos del cambio global, como la acentuación de las diferencias de temperatura norte-sud y los cambios en los regímenes de lluvias dificultarían las supervivencia de los adultos más allá de unas pocas semanas, impidiendo las migraciones.

¿QUÉ SE HACE ACTUALMENTE POR AYUDARLA?

Danaus plexippus es una especie con un papel polinizador muy importante, por lo que existe (o debería existir) un enorme interés por conservarla en todo su rango de dispersión.

Actualmente, la mayoría de figuras de protección de Norteamérica están poniendo todos sus esfuerzos para mejorar las condiciones de sus hábitats. Entre ellas, la Reserva de la Biosfera de la Mariposa Monarca de México junto a la WWF trata de restaurar los bosques de las zonas de hibernación y de promover un turismo sostenible (para saber más sobre las acciones que se están llevando a cabo, entra en este link).

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El caso de la mariposa monarca no es un hecho aislado: a día de hoy muchas especies con un rango amplio de dispersión ven comprometidas sus poblaciones y sus fenómenos de migración debido al impacto de distintos fenómenos, los cuales, por más que nos pese, suelen estar causados por el ser humano. Aún hay mucho trabajo por hacer, y depende de todos.

REFERENCIAS

Imagen de portada por Carlos Adampol Galindo en Flickr.

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La vida secreta de las abejas

Lo más seguro es que, al pensar en una abeja, venga a tu mente la imagen de una colonia de insectos bien organizada, al amparo de un panal formado por celdas de cera perfectamente delimitadas y repletas de miel.

Pero la verdad es que no todas las abejas que se conocen a día de hoy se organizan en sociedades jerarquizadas ni todas ellas fabrican miel, al contrario: la mayoría de especies del mundo desarrollan hábitos de vida solitarios totalmente contrarios a la imagen clásica de la abeja de la miel tan apreciada en apicultura.

En este artículo, trataré de resumir las distintas formas de vida observadas en las abejas con el fin de arrojar un poco de luz a este asunto.

INTRODUCCIÓN

Las abejas constituyen un grupo muy diverso de insectos dentro del orden de los Himenópteros, en el cual también encontramos a las avispas y a las hormigas. A día de hoy se conocen acerca de 20.000 especies de abejas en todo el mundo, aunque se cree que podría haber muchas más sin clasificar. Su distribución es casi planetaria, pues a excepción de la Antártida se pueden encontrar en todos los continentes del mundo y en casi todos aquellos hábitats que contengan plantas con flores.

Las abejas tienen un gran interés ecológico ya que, al margen de sus distintas formas de vida, prácticamente todas viajan de flor en flor recogiendo néctar y polen para alimentarse ellas mismas y a sus larvas, lo que a su vez propicia el fenómeno de la polinización; así, su actividad contribuye a la biodiversidad floral de la zona.

Ejemplar de Apis mellifera o abeja de la miel (Foto de Leo Oses en Flickr)

Ahora bien, aunque en general compartan el hecho de alimentarse de néctar y polen, no todas las especies de abejas viven de la misma forma.

FORMAS DE VIDA DE LAS ABEJAS

ABEJAS SOLITARIAS

La mayoría de especies de abejas a escala mundial, al contrario de lo que se suele pensar, son solitarias: nacen y se desarrollan solas, se reproducen en un momento muy concreto de su vida al encontrarse grupos de machos y hembras y, finalmente, mueren solas. Algunas viven en grupos, pero en ningún caso cooperan entre ellas.

En las formas solitarias, son las hembras quienes construyen sin ayuda de otras abejas un nido generalmente formado por una o varias celdas separadas por tabiques de diferentes materiales (barro, material vegetal masticado, hojas, etc.); posteriormente, proveen estas celdas con polen y néctar (el alimento perfecto para las larvas) para, finalmente, depositar en ellas los huevos. Estos nidos, a diferencia de las tan conocidas colmenas, suelen ser muy discretos, por lo que rara vez se reconocen a simple vista.

El lugar donde las abejas solitarias construyen sus nidos es muy variable: bajo tierra, en el interior de hojas retorcidas o de caparazones de caracol vacíos o, incluso, dentro de cavidades preestablecidas (artificiales o construidas y abandonadas por otros animales).

Estas abejas no se desarrollan juntas en colmenas formando enjambres ni fabrican miel, los cuales, posiblemente, son los motivos principales por los que gozan de menos fama que la abeja de la miel o Apis mellifera, la cual sí vive en colmenas. La mayoría de estudios sobre abejas se centran en esta especie, dejando en segundo plano el estudio y protección de las formas de vida solitarias, aun siendo éstas las mayores contribuyentes a la polinización debido a su gran número y diversidad; algunas, incluso, son polinizadoras exclusivas de una única especie de planta, revelando una estrecha relación entre ambos organismos.

Existe una gran variedad de abejas solitarias de distinta morfología:

3799308298_ff9fbb1bcc_n7869021238_a811f13aa4_n1) Ejemplar de Andrena sp. (Foto de kliton hysa en Flickr). 
2) Ejemplar de Xylocopa violacea, el abejorro carpintero europeo (Foto de Nora Caracci fotomie2009 a Flickr).
3) Ejemplar de Anthidium sp. (Foto de Rosa Gambóias a Flickr).

Dentro de las abejas solitarias también existen formas parásitas: abejas que se benefician a expensas de otros insectos (e incluso de otras abejas), esto es, los hospedadores, causándoles un daño. Este es el caso del género Nomada sp., cuyas especies depositan los huevos en el interior de los nidos de otras abejas; al eclosionar, las larvas parásitas se alimentan del néctar y el polen del nido que parasitan, dejando a la abeja hospedadora sin recursos. Este tipo de parasitismo en concreto se conoce como cleptoparasitismo (klepto = robar), puesto que las larvas parásitas literalmente roban el alimento de las larvas de la especie hospedadora.

ABEJAS PSEUDOSOCIALES

Dejamos de lado las formas solitarias y, avanzando en complejidad, encontramos las formas pseudosociales: abejas que forman grupos relativamente organizados y jerarquizados pero sin llegar al nivel de formas verdaderamente sociales, como es el caso de Apis mellifera.

Posiblemente, el ejemplo más famoso es el del abejorro (Bombus sp.). Estas abejas forman colonias en las que la o las reinas (hembras fecundadas) son los únicos ejemplares que sobreviven al invierno; el resto, muere debido al frío. Gracias a ellas, las colonias vuelven a reconstruirse a la primavera siguiente.

5979114946_9d491afd84_nEjemplar de Bombus terrestris o abejorro común  (Foto de Le pot-ager "Je suis Charlie" en Flickr).

ABEJAS EUSOCIALES

Finalmente, las abejas más evolucionadas en lo que a complejidad de su estructura social se refiere son las abejas eusociales o verdaderamente sociales. El único caso reconocido hasta la fecha es el de la abeja de la miel o Apis mellifera.

Dado que el objetivo de mi artículo era desmentir el mito de que “todas las abejas forman colonias, construyen colmenas y fabrican miel”, no ahondaré más allá del hecho que estas abejas forman complejas estructuras sociales jerarquizadas (un fenómeno muy raro, también observado en termitas y hormigas) lideradas normalmente por una única reina, construyen grandes colmenas formadas por panales de cera y producen miel, un producto de gran contenido calórico muy apreciado por el ser humano.

Ejemplares de Apis mellifera sobre un panal lleno de miel (Foto de Nicolas Vereecken en Flickr).

Como se ha visto, las abejas solitarias juegan un papel de vital importancia en términos de polinización, por lo que deberían estar mucho más protegidas. En cambio, siguen siendo las abejas de la miel quienes se llevan la mayor parte de la atención debido a los recursos directos que éstas aportan al ser humano.

REFERENCIAS

  • Apuntes y memoria personales de las prácticas académicas del grado en Biología Ambiental realizadas en el curso 2013-2014 en el CREAF (Centre de Recerca Ecològica i Aplicacions Forestals). Universitat Autònoma de Barcelona.
  • O’toole, C. & Raw A. (1999) Bees of the world. Ed Blandford.
  • Pfiffner L., Müller A. (2014) Wild bees and pollination. Research Institute of Organic Agriculture FiBL (Switzerland).
  • Solitary Bees (Hymenoptera). Royal Entomological Society: http://www.royensoc.co.uk/insect_info/what/solitary_bees.htm
  • Stevens, A. (2010) Predation, Herbivory, and Parasitism. Nature Education Knowledge 3(10):36

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Si las ninfas fueran plantas serían nenúfares

Esta semana os voy a presentar a los nenúfares, unas flores muy bonitas y conocidas por su importancia en la ornamentación.

INTRODUCCIÓN

La familia de las ninfeáceas (Nymphaeaceae) es una familia con pocas especies y la mayoría de ellas son plantas acuáticas de agua dulce en lugares calmados y vulgarmente se conocen como nenúfares. Debido a que son plantas acuáticas, el nombre de la familia deriva de la palabra nympha del latín, ya que tienen cierta similitud con las ninfas, seres mitológicos con predilección por las aguas.

1024px-Rae_-_Water_Nymphs_(color)Ninfas acuáticas, se puede apreciar nenúfares a su alrededor (Pintado por Henrietta Rae, 1909).

Las ninfeáceas tienen su origen en regiones cálidas, pero actualmente son subcosmopolitas y se encuentran en muchas zonas del mundo, habitando estanques, lagos y cursos de agua dulce.

CARACTERÍSTICAS MORFOLÓGICAS

Los nenúfares son plantas acuáticas perennes, viven varios años, y rizomatosas, es decir, tienen un tallo engrosado debajo del suelo en el fondo del agua. En varias especies, vemos que algunas hojas son sumergidas y las otras flotantes en la superficie del agua, siendo a veces incluso membranosas (tienen los bordes levantados perpendicularmente hacia arriba para evitar la entrada de demasiada agua). Cuando presentan esta diferencia en el tipo de hojas hablamos de hojas heteromorfas, de diferente forma.

Flowering_victoriaHojas membranosas de nenúfar (Victoria amazonica) (Foto de Dirk van der Made).

Las flores son emergidas, crecen fuera del agua, y están constituidas por un nombre variable de sépalos, pétalos y estambres que nacen de manera helicoidal. Por lo tanto, son flores acíclicas, son asimétricas o irregulares porque no tienen ningún plano de simetría. Estas flores son solitarias, no nacen agrupadas, y a demás son hermafroditas, es decir, presentan órganos sexuales tanto masculinos (los estambres) como femenino (ovario) en la misma flor.

Nenufar-rosa Nymphaea tetragonaNenúfar venus (Nymphaea tetragona)(Foto de Miguel303xm).

Estas piezas del perianto (pétalos y sépalos) y los estambres son libres entre ellos, es decir, no están unidos o fusionados entre ellos, y normalmente se muestran en número elevado. Los estambres, a diferencia de muchos de otras flores, son laminares, similares a los pétalos. Por lo tanto, no son filamentosos, sino que tienen más grosor y son anchos.

DIVERSIDAD

Actualmente los géneros de nenúfares que tienen más relevancia son  Nuphar, Nymphaea y Victoria, pero también hay algunos más. A continuación presentaré algunas especies y casos bien interesantes.

El loto tigre nenúfar blanco egipcio (Nymphaea lotus) es originario de la valle del Nilo y de la África oriental. Es muy apreciado como ornamental y antiguamente los egipcios creían que la flor otorgaba fuerza y poder.

800px-Nymphaea_lotus4Nenúfar blanco egipcio(Nymphaea lotus) (Foto de Meneerke bloem).

El nenúfar amarillo (Nuphar lutea)  es típico de Europa, el norte de África y Oriente Medio y, como el anterior, también es muy ornamental. A demás, ha sido utilizado durante mucho tiempo en medicina tradicional. Sus raíces se aplicaban en la piel y se comía sus semillas y raíces para tratar diferentes enfermedades.

Nuphar_lutea_W160Nenúfar amarillo (Nuphar lutea) (Foto de Oksana Golovko).

Finalmente presentar al género Victoria, que es muy curioso por su tipo de polinización. Este tiene dos especies americanas, V. cruziana en Argentina y V. amazonica en el Amazonas y Brasil. Las plantas de este género son muy grandes, las hojas flotantes llegan a los 2 metros de diámetro y hacen flores vistosas de hasta 30 centímetros que se abren durante la tarde-noche. Cuando estas flores se abren desprenden fuertes olores y un pequeño calor, que junto con los colores blancos y amarillentos que tiene, resultan muy atractivas para los escarabajos o coleópteros (Coleoptera) que se alimentan de las extensiones de almidón que tienen las flores (cuerpos de almidón). Al amanecer siguiente las flores se cierran y capturan los escarabajos, haciendo que se impregnen de polen. Por la tarde de nuevo se vuelven a abrir y dejan escapar a los coleópteros. Entonces, como las flores ya han estado polinizadas varían a un color rosado y pierden el olor, dejando así que los escarabajos se sientan más atraídos por las flores blancas que aún han de ser polinizadas. Finalmente la flor rosada se sumerge.

V. cruziana & V. amazonicaA la izquierda, V. cruziana (Foto de Greenlamplady); A la derecha, V. amazonica (Foto de frank wouters).

IMPORTANCIA

Actualmente muchas especies son usadas como ornamentales, decorativas. A demás, las ninfeáceas también pueden ser utilizadas para extraer alimentos; las semillas y rizomas de los géneros Nymphaea y Victòria son comestibles. Por otro lado, una cosa bien curiosa es que los nervios de las hojas de algunas especies se han usado para extraer un líquido que sirve para curar mordiscos de víbora.

Espero que os haya cautivado la manera en que se comportan los nenúfares y todas las histórias y usos que llevan asociados, aunque ya solo por su belleza son cautivadores. Si te ha gustado no olvides compartir en las diferentes redes sociales. Gracias por tu interés.

REFERENCIAS

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