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Rapaces nocturnas: la lechuza, sus leyendas y mitos

Las rapaces nocturnas han sufrido desde tiempos inmemoriales una injusta mala fama, que las ha llevado en algunos casos a ser perseguidas y odiadas. ¿Cuáles son estas supersticiones? ¿Cuál es su estado de conservación? ¿Qué puedes hacer tú por ellas? En este artículo descubrirás a las rapaces nocturnas y a la lechuza común (quizá la especie más arraigada en nuestro imaginario) y las leyendas asociadas a ella.

CARACTERÍSTICAS GENERALES DE LAS RAPACES NOCTURNAS

Como su nombre indica, las mayoría de rapaces nocturnas (lechuzas, búhos, cárabos…) tienen hábitos nocturnos o crepusculares. Son carnívoras, con unos picos y garras (dos dedos hacia delante y dos hacia detrás) adaptados para desgarrar la carne de sus presas (pequeños mamíferos, aves, reptiles, grandes insectos…).

EL SENTIDO DEL OÍDO

Las rapaces nocturnas tienen generalmente una forma redondeada y una aparente gran cabeza, con las plumas de la cara formando el llamado disco facial. El disco facial hace las funciones de antena parabólica dirigiendo los sonidos hacia las orejas. La apertura de la oreja es de gran tamaño y con un pliegue de piel (halda preaural), que funciona como un pabellón auditivo y es móvil como en algunos mamíferos.

Oído de lechuza norteña (Aegolius acadicus). (Foto tomada de Jim McCormac).
Oreja de lechuza norteña (Aegolius acadicus). (Foto de Jim McCormac).

La posición de cada oreja es asimétrica en algunas especies (uno está más alto que el otro), de modo que algunas -como la lechuza-  pueden localizar presas en la más absoluta oscuridad: una oreja percibe el sonido antes que el otro, con lo que su cerebro puede calcular el lugar exacto donde está la presa (escucha direccional).

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Cráneo de mochuelo boreal (Aegolius funereus) donde se aprecian las aberturas auditivas asimétricas y los anillos escleróticos oculares. (Foto tomada de Jim Williams)

EL SENTIDO DE LA VISTA

La visión de las nocturnas está muy desarrollada. Los ojos, a diferencia de la mayoría de las aves, están en posición frontal, lo que les permite un cálculo perfecto de la profundidad y visión tridimensional. Por contra, son tubulares (no son esféricos como los nuestros) debido al gran tamaño de la córnea y lente, lo que les impide mover los ojos dentro de las cuencas. Además, poseen un anillo óseo protector alrededor de los ojos (anillos escleróticos) que también impiden el movimiento. Para solucionar este problema, son capaces de girar la cabeza hasta 270 grados. Se puede considerar que ven en blanco y negro (perciben mejor cambios de luz que colores), la pupila se dilata muchísimo en condiciones de poca luz (el iris queda oculto) y son las únicas aves en las que el párpado se cierra de arriba a abajo. También poseen un “párpado” transparente que humedece y protege el ojo, llamado membrana nictitante.

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Vision binocular de una rapaz nocturna. Los humanos tenemos un campo de visión de 180 grados (140 de los cuales son visión binocular). (Imagen de The Owl Pages)

EL PLUMAJE

Las rapaces nocturnas, a diferencia de las diurnas, tienen unas plumas de vuelo con una estructura especial, con flecos (barbicelas) en la superfície superior y controno. La fricción entre ellas y con el aire queda amortiguada, consiguiendo un espectacular vuelo silencioso imposible de detectar por las presas.

Pluma de lechuza común y autillo, donde se observan las barbicelas. (Foto tomada de Pedro Montoya).
Pluma de lechuza común (Tyto alba) y autillo (Otus scops), donde se observan las barbicelas. (Foto tomada de Pedro Montoya).

LA LECHUZA COMÚN

La lechuza común o lechuza de campanario (Tyto alba), es inconfundible: posee un disco facial de color blanquecino, muy bien delimitado y con forma de corazón. El dorso es de color gris con manchas doradas y finos puntos blancos y negros.

DISTRIBUCIÓN Y COMPORTAMIENTO

Vive en gran parte del mundo (exceptuando la Antártida, norte y este de Europa y casi toda Asia) en campos depejados, a menudo cultivados. No construye nido, sino que pone los huevos en huecos de árboles, agujeros en la roca o en edificaciones humanas (graneros, buhardillas, masías, castillos, iglesias…).

¿Por qué la lechuza tiene esta fama negativa que ha provocado su persecución en muchos lugares del mundo y de España? Las causas son dispares, alimentadas todas por el miedo humano:

  • Pueden nidificar en lugares abandonados o sagrados como iglesias (algunas con su respectivo cementerio).
  • Hábitos nocturnos
  • Son sendentarias, pueden quedarse en el mismo coto de caza durante años hasta que el alimento escasea.
  • Aspecto fantasmal debido a sus colores y vuelo suave y sigiloso.
  • Por sus vocalizaciones (tienen 17 diferentes) parecidas a gritos humanos y bufidos peculiares. Escucha unas lechuzas defendiéndose en el siguiente vídeo:

LA LECHUZA EN LA CULTURA POPULAR. CREENCIAS, SUPERSTICIONES, MITOS Y LEYENDAS

En la Península ibérica se creía que las lechuzas se bebían el aceite de las lámparas de las iglesias, dejando los santos a oscuras (cuando los verdaderos ladrones eran los sacristanes). Al posarse sobre las lámparas o rozarlas y derramar el aceite, se creía que odiaban la luz, como si fueran espíritus malignos. Así lo atestiguan refranes como “donde hay coruja aceitona hay sacristana ladrona” y su nombre en catalán, òliba, hace referencia a este mito (oli significa aceite). Fueron cazadas y colgadas muertas de las puertas de i glesias y graneros para ahuyentar al fuego y al rayo.

Las vocalizaciones de las lechuzas también se interpretan como anuncios de la muerte, y existe la creencia (sin fundamento alguno) que si se oye una durante varias noches seguidas (cosa nada difícil, dados sus hábitos sedentarios) una persona perderá pronto la vida.

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Lechuza común (Tyto Alba). (Foto de Kerkuil André).

En otras culturas también existen leyendas negativas sobre las rapaces nocturnas en general: en África que son enviadas por brujos para matar gente o demonios malignos que anuncian desastres, en las pampas argentinas que son hermanas del demonio, en Sicilia, muerte o enfermedad, en Chile, brujas que se metamorfoseaban para celebrar aquelarres… por todas estas razones han sido asesinadas y torturadas.

A pesar de ello, las nocturnas también gozan de leyendas agradables (como ser guardianas de las mujeres que mueren, en Australia), aunque el caso más conocido es la representación de Atenea, diosa griega de la sabiduría. Actualmente aún aparece como símbolo de numerosas instituciones o monedas como el euro griego.

Euro grecia, euro griego
Euro griego. (Fuente: RTVE)

ESTADO ACTUAL DE CONSERVACIÓN Y AMENAZAS

Actualmente la lechuza se encuentra en estado de retroceso y con un futuro incierto debido a las transformaciones introducidas por los humanos en el medio rural, como los cambios de cultivo o el uso de pesticidas y rodenticidas, que causan la muerte de sus presas (ratones) o indirectamente de las aves mismas. Las obras y remodelaciones de edificios donde solían nidificar también interfieren en su reproducción. Suele ser un ave habitualmente atropellada, sobretodo los jóvenes en dispersión. También sufren accidentes debido a las torres y cables de alta tensión. La subespecie canaria (Tyto alba gracilirostris) está desapareciendo por la fragmentación de hábitats y el bajo número de individuos de sus poblaciones.

Lechuza muerta
Lechuza común en un alambre de espinos. (Foto de PacoT).

Está catalogada como “En peligro” en el Libro Rojo de las aves de España y incluida en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas en la categoría “De interés especial”.

¿QUÉ PUEDES HACER TÚ POR LAS LECHUZAS?

Trata de informarte sobre estas magníficas aves y dálas a conocer en tu entorno cercano desterrando falsos mitos, sobretodo si vives cerca de sus zonas de nidificación y alimentación. Si posees cultivos, intenta minimizar el uso de plaguicidas: una pareja de lechuzas comunes cazan de media unos 2000 ratones al año, siendo por lo tanto beneficiosas incluso para los humanos.

Si encuentras una lechuza o cualquier ave herida, hay que recogerla con cuidado (usando una toalla o chaqueta) para evitar herirla o que nos dañe y dejarla en un lugar oscuro y tranquilo dentro de una caja agujereada para que pueda respirar. No hay que alimentarla. A continuación ponte en contacto con un centro de recuperación de fauna salvaje de tu región.

REFERENCIAS

 

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