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Evolución del caparazón con sólo cuatro tortugas fósiles

Las tortugas son animales simpáticos que, aunque resultan adorables para la mayoría de gente, llevan de cabeza a los paleontólogos desde hace décadas. La combinación de características consideradas primitivas con una anatomía especialmente derivada, ha hecho que el origen y la evolución de estos reptiles hayan sido casi imposibles de reconstruir. En esta entrada intentaremos hacernos una idea sobre cómo se desarrolló una de las principales características de las tortugas (el caparazón) con sólo cuatro ejemplos de “tortugas” primitivas.

PARIENTES ACTUALES Y EXTINTOS

Como ya explicamos en una entrada anterior, el origen de los testudinos aún es tema de debate en la comunidad científica. Las tortugas presentan algunas características anatómicas únicas entre los vertebrados actuales que hacen que se pueda confundir su origen filogenético. Una de las características que más ha confundido a los paleontólogos es su cráneo.

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Cráneo de tortuga boba (Caretta caretta) en el que podemos ver la falta de aperturas temporales. Foto de David Stang.

Mientras que el resto de reptiles son diápsidos (presentan dos aperturas temporales a cada lado del cráneo), las tortugas presentan un cráneo típicamente anápsido (sin ninguna apertura temporal). Aun así, estudios genómicos recientes han demostrado que muy probablemente los testudinios (orden Testudines, las tortugas actuales) descienden de un antepasado con un cráneo diápsido y que a lo largo de su evolución revertieron a la forma anápsida primitiva. Lo que no está muy claro es si las tortugas están más emparentadas con los lepidosaurios (lagartos, serpientes y tuataras) o con los arcosaurios (cocodrilos y aves). La hipótesis más aceptada es la segunda.

Aunque los orígenes de los testudinos aún son un poco misteriosos, la mayoría de paleontólogos coinciden en que éstos se hallan dentro del clado Pantestudines, el cuál agrupa a todas esas especies más emparentadas con las tortugas que con cualquier otro animal. Un grupo de reptiles que también se encuentran dentro de los pantestudinos son los sauropterigios como los plesiosaurios y los placodontos.

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Reconstrucción de Dmitry Bogdanov del sauropterigio Plesiosaurus, un pariente lejano de las tortugas.

EVOLUCIÓN DE LOS TESTUDINOS

El resto de pantestudinos nos ayudan a formar una imagen de cómo las tortugas adquirieron una anatomía tan especializada. Pero primero, miremos algunas de las características de las tortugas:

  • Un caparazón formado por dos partes: la mitad dorsal (espáldar) que proviene de la fusión de las vértebras y las costillas dorsales y la mitad ventral (plastrón) que proviene de unas costillas ventrales llamadas “gastralia” (presentes en algunos reptiles actuales).
  • Mientras que el resto de vertebrados presentamos la escápula por encima de las costillas, las costillas de las tortugas (su caparazón) se encuentran cubriendo la escápula.
  • La habilidad de esconder la cabeza y las patas dentro del caparazón.
  • La ausencia de dientes; en su lugar presentan picos córneos.

Como veremos, la adquisición de estas características se dio muy gradualmente.

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Espáldar de una tortuga muerta, donde vemos como las costillas se fusionan con las vértebras para formar el caparazón. Foto de Fritz Flohr Reynolds.

Aunque aún no está clara su relación exacta con las tortugas, Eunotosaurus africanus es el candidato a pariente de las tortugas más antiguo. El Eunotosaurus era un animal fosorial que vivió hace 260 millones de años en Sudáfrica. Este animal tenía unas costillas dorsales muy anchas y en contacto entre ellas, cosa que se cree que servía de punto de anclaje para los potentes músculos de las patas delanteras, utilizados mientras cavaba. Además, de manera similar a las tortugas actuales, Eunotosaurus había perdido los músculos intercostales y presentaba una reorganización de la musculatura respiratoria.

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Fósil de Eunotosaurus, donde se aprecia las costillas anchas características. Foto de Flowcomm.

El pariente indiscutible más antiguo de las tortugas es Pappochelys rosinae de Alemania (hace unos 240 millones de años). El nombre “Pappochelys” significa literalmente “tortuga abuela”, ya que antes del descubrimiento de Eunotosaurus era el pariente más antiguo de éstas. Igual que Eunotosaurus, presentaba costillas dorsales anchas y en contacto entre ellas. Además, sus costillas ventrales ya eran más anchas y gruesas y su cintura escapular se situaba bajo las costillas dorsales.

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Dibujo de Rainer Schoch del esqueleto de Pappochelys donde se pueden ver algunas de sus características. Se cree que Pappochelys era un animal semiacuático que nadaba impulsado por su larga cola.

El siguiente paso en la evolución de las tortugas lo encontramos hace 220 millones de años, en la segunda mitad del Triásico de China. Su nombre es Odontochelys semitestacea, cosa que significa “tortuga dentada con medio caparazón”. Este nombre se debe al hecho que, a diferencia de las tortugas auténticas, Odontochelys tenía una boca con dientes y sólo presentaba la parte ventral del caparazón, el plastrón. Aunque también tenía costillas dorsales anchas, sólo se han encontrado pruebas de la presencia de plastrón. Odontochelys fue descubierto en depósitos de agua dulce, de manera que parece plausible que desarrollara primero el plastrón para protegerse de depredadores que lo atacaran por debajo.

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Reconstrucción de Nobu Tamura de Odontochelys semitestacea. El hecho de que sólo presentara medio caparazón hace que no se lo considere una tortuga auténtica.

El primer testudino conocido con un caparazón completo es Proganochelys guenstedti del Triásico, hace 210 millones de años. Éste ya presentaba muchas características de las tortugas actuales: el caparazón estaba completamente formado, con espáldar y plastrón, su cráneo era de configuración anápsida y no presentaba dientes. No obstante, Proganochelys no era capaz de esconder la cabeza y las patas en su caparazón (aunque esto quizás se debía a los cuernos que presentaba). Además, presentaba dos piezas del caparazón extra a los lados de éste, que probablemente servían para proteger las patas.

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Reconstrucción de Proganochelys del Museum am Lowentor de Stuttgart. Foto de Ghedoghedo.

TORTUGAS DE HOY EN DÍA

El orden de los Testudines tal y como los conocemos hoy, aparecieron hace unos 190 millones de años, durante el Jurásico. Estas tortugas actuales se clasifican en dos subórdenes diferentes, los cuáles se separaron muy rápidamente al principio de la evolución de los testudinos:

Suborden Pleurodira: Este suborden es el más pequeño ya que sólo contiene tres familias actuales, todas nativas del hemisferio sur. La principal característica es la forma en que esconden la cabeza lateralmente dentro de su caparazón, cosa que hace que parte del cuello quede expuesto y que las vértebras cervicales tengan una forma característica (Pleurodira significa aproximadamente, “cuello de lado”). Además los pleurodiros presentan 13 escudos en el plastrón.

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Foto de Ian Sutton de una tortuga de cuello de serpiente australiana (Chelodina longicollis), un pleurodiro típico.

Suborden Cryptodira: Los criptodiros comprenden a la gran mayoría de tortugas. Mientras que los pleurodiros sólo presentan especies de agua dulce (como se cree que era el antepasado común de los testudinos), los criptodiros incluyen especies acuáticas, pero también terrestres y marinas. Aparte de presentar sólo entre 11 y 12 escudos en el plastrón, su característica principal es la capacidad de retraer el cuello y por lo tanto esconder la cabeza completamente dentro del caparazón (Criptodira significa aproximadamente, “cuello escondido”). Los criptodiros se encuentran prácticamente en todos los continentes y en todos los océanos (excepto en los hábitats más fríos).

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Tortuga de vientre rojo de Alabama (Pseudemys alabamensis), de la U.S. Fish and Wildlife Service. En esta foto vemos cómo esconden la cabeza los criptodiros.

Aunque aún quedan preguntas por responder sobre la evolución de las tortugas, esperemos que con esta pequeña introducción a algunas de las “tortugas” fósiles más características os hayáis hecho una idea de cómo las tortugas consiguieron su caparazón. Sean cuales sean sus orígenes, esperemos que la aparición del hombre no sea el que ponga fin a la historia de este grupo de animales lento pero constante.

REFERENCIAS

Durante la elaboración de esta entrada se han consultado las siguientes fuentes:

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¿Qué está acabando con las tortugas marinas?

La semana pasada vimos con detalle cómo es la vida de una tortuga marina. ¿Te perdiste el artículo? ¡Pues haz clic aquí para leerlo! Esta semana continúo hablando de estos maravillosos animales, pero centrándome en los peligros que están acabando con ellas, tanto naturales como humanos, y qué acciones podemos hacer nosotros para salvarlas. 

PELIGROS NATURALES

Las tortugas marinas se ven amenazadas por una variedad de factores naturales y antrópicos. Entre los factores naturales se incluyen la pérdida de huevos debido a la inundación de las playas o la erosión, la depredación en todas las fases del ciclo, las temperaturas extremas y algunas enfermedades.

Pérdida de huevos

Las mareas altas y las tormentas pueden provocar la pérdida de los huevos por diferentes motivos: los huevos quedan inundados, se erosiona o aumenta la altura de la playa o bien los nidos son dispersados por el agua. Además de ésto, varios animales pueden depredarlos.

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La pérdida de huevos se puede producir por diferente motivos (Foto: PaddleAndPath).

Depredación de tortugas

Aunque las pequeñas tortugas salen del nido normalmente de noche, el riesgo de ser comido por un depredador no es cero, pues forman parte de la dieta de mapaches, aves, cangrejos, tiburones y otros peces. Los jóvenes y adultos también son consumidos por algunos animales, principalmente tiburones y otros peces de grandes dimensiones, aunque el impacto no es tan grande como en las primeras fases. Lee el artículo de la semana pasada para saber cuántas tortugas mueren de viejas de cada 10.000 huevos. ¡La cifra te va a sorprender!

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Los cangrejos pueden comerse a las tortugas acabadas de salir del huevo (Foto: Gnaraloo Turtle Conservation Program, Creative Commons).

Hipotermia

Por debajo los 8-10ºC las tortugas quedan flotando por la superficie en un estado de letargo, pero por debajo de los 5-6ºC la tasa de mortalidad es importante.

Enfermedades

Las infecciones parasíticas son comunes en las tortugas. Más del 30% de las tortugas boba del Atlántico tienen trematodos que infectan su sistema cardiovascular. Éstas, a la vez, disminuyen las defensas y permiten que algunas bacterias (como Salmonella y E. coli) puedan infectarlas. Los blooms de dinoflagelados también son un problema para ellas, pues contienen toxinas que les provocan problemas de salud.

PELIGROS ANTRÓPICOS 

Son 4 los principales peligros antrópicos para las tortugas marinas: la explotación comercial de huevos y tortugas para consumo humano, la destrucción de las playas de puesta debido a la urbanización y el turismo, la contaminación y las capturas accidentales en la pesca. Aquí, veremos alguna más.

Caza furtiva

La caza furtiva afortunadamente no está extendida en todo el mundo, pero en algunos países puede ser especialmente importante. Son cazadas por su carne y cartílagos o por sus conchas (para decoración y joyería). Los huevos también son objeto de furtivismo.

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Tortugas marinas decomisadas por la policía de Filipinas (Foto: Mongabay).
Venta d'ous de tortuga marina (Foto: OceanCare).
Venta de huevos de tortuga marina (Foto: OceanCare).

Destrucción de las playas de puesta

La construcción de infraestructuras para proteger los bienes de la costa produce que las hembras no puedan acceder a las playas de puesta, además de producir su erosión. Las regeneraciones de playas para combatir la erosión de las playas también les afecta, ya sea porque la nueva playa tapa los nidos, por la muerte causada por el dragado del fondo marino, por el hecho de compactar excesivamente la arena o porque se regenera con materiales diferentes de los originales (lo que puede provocar, por ejemplo, una reducción en la difusión de los gases). Las molestias causadas por el aumento del turismo también hay que tenerlas en cuenta.

Contaminación y residuos

No es muy conocido si los contaminantes, como fertilizantes y pesticidas, tienen un efecto directo sobre las tortugas, pero se sabe que entre los indirectos hay la degradación de sus hábitats, pues un exceso de nutrientes causa un aumento de las algas, que pueden afectar su salud.

Los residuos sólidos flotantes también son un problema para ellas. Se han encontrado ejemplares de tortugas con plásticos en el estómago, pues muchas veces confunden las bolsas de plástico por medusas, lo que obstruye los intestinos y les provoca la muerte. Pero no sólo los ingieren, sino que también a menudo quedan atrapados en objetos como las anillas de las latas de refresco o redes, de manera que produce una deformación en su crecimiento.

La ingesta de plàstics (Foto: Fethiyetimes).
La ingestión de plásticos obstruye sus intestinos y les provoca la muerte (Foto: Fethiyetimes).

Capturas accidentales en la pesca

Las tortugas se ven afectadas por las capturas accidentales en la pesca.

Las redes de deriva, aunque están prohibidas en aguas españolas, se continúan utilizando y se sabe que causan la muerte por asfixia a más de un centenar de tortugas cada año por cada barco.

La pesca con palangre tiene un impacto especialmente importante. En aguas españolas, cada año se capturan entre 15.000 y 20.000 ejemplares. Aunque se suelen devolver vivas, se llevan de regalo un anzuelo enganchado, de manera que muchas acaban muriendo posteriormente por heridas. Aquí puedes leer una revisión sobre los métodos para reducir las capturas accidentales en la tortuga boba en la pesca de palangre. 

La pesca de palangre captura entre 15.000 i 20.000 exemplars cada any en aigües espanyoles (Foto: Phys).
La pesca de palangre captura entre 15.000 y 20.000 ejemplares cada año en aguas españolas (Foto: Phys).

La pesca de arrastre también tiene un gran impacto, pero depende del tiempo que esté bajo del agua. La mortalidad cuando el tiempo es inferior a los 50 minutos es del 0%, mientras que si supera los 90%, es del 70%. Ésto se explica por la capacidad respiratoria de estos animales.

Cambio global

La acidificación de los océanos debido a la continua acumulación de dióxido de carbono puede tener un impacto importante en las poblaciones de tortugas, pues éstas podrían ver reducida la calidad de sus fuentes de alimentos.

El aumento del nivel del mar debido al cambio global se cree que tendrá un efecto negativo sobre las tortugas marinas, pues amenaza la existencia de las playas, hábitats de máxima importancia para las tortugas, pues es donde hacen las puestas. El Parque Nacional de Zakynthos (Grecia) es la zona más importante de puesta para la tortuga boba (Caretta caretta) en el Mediterráneo. Un estudio realizado por el mismo Parque y la Universidad del Egeo (Grecia) ha determinado que el aumento del nivel del mar pone en peligro a las poblaciones de esta especie debido a la reducción del espacio disponible para realizar la puesta en las playas. Según los modelos, con un aumento del nivel del mar de 0,2 m, la pérdida de playa oscilará entre 0,8 y 15,9 m; mientras que con un aumento de 0,5; 1,0 o 2,0 m, oscilará respectivamente entre 4,9-25,2; 10,8-37,3 y 23,2-80,8 m. En las playas de este Parque Natural, de acuerdo con estos escenarios, la perdida de las playas oscilará entre un 44 y 94%, aunque quedarán totalmente inundadas en el caso de que es cumpla el escenario de 2 m de aumento.

Además, el aumento de la temperatura afectaría al crecimiento y relación de sexos, pues el sexo viene determinado por la temperatura de incubación: por debajo de los 29ºC predominan los machos y por encima las hembras, aunque si es superior a los 33ºC, el 100& de las tortugas serán hembras. Así pues, el cambio global tendrá como consecuencia el aumento del número de hembras.

¿CÓMO LAS PUEDO AYUDAR?

  • Evita cualquier actividad o comportamiento que pueda molestar a las tortugas marinas. En el caso de que se sientan molestadas, observarás que intentan abandonar la zona, que hacen una inmersión precipitada y que hacen movimientos natatorios bruscos.
  • Reduce la velocidad de la embarcación si ves cualquier elemento que pueda ser una tortuga marina. En el caso de serlo, evita cualquier maniobra que pueda ponerlas en peligro.
  • Recoge los restos de redes y basura que encuentres, aunque no sean tuyos. Así podrás evitar la muerte de las tortugas y otros animales.
  • En el caso de que el animal esté en peligro, llama de entrada al teléfono de emergencias de tu país. Para el caso de España, llama al 112. De todas formas, hay algunas cosas que puedes hacer mientras no llegan los veterinarios:
    • Tortuga con el caparazón roto o heridas abiertas: cubrir las heridas con un trapo húmedo de agua y yodo (no aplicarlo en ojos, orejas ni nariz).
    • Tortugas ahogadas: mantenerla durante 5 minutos con la parte ventral hacia arriba y el cuerpo inclinado (la cabeza tiene que quedar hacia abajo) y moviendo las aletas. Algunas pueden ser reanimadas de esta manera. Cuando haya expulsado el agua, girarla.
    • Tortuga con plásticos en la boca: extraer el plástico con mucho cuidado y llamar a emergencias.
    • Tortuga muerta: no manipular el animal y llamar directamente a emergencias.
    • Tortuga atrapada en un azuelo: no estirar del anzuelo y cortar el hilo dejando un mínimo de 30 cm.
  • Avisa a las administraciones competentes de la localización de posibles nidos de tortuga, con el objetivo de que puedan protegerlo. Hay algunas pistas que te ayudaran a identificarlos:
    • Rastros de que una tortuga se ha arrastrado por la arena, normalmente tienen forma de V, con el nido situado en el vértice.
    • Depresión en la arena, que indica que los huevos han eclosionado, de la cual salen lineas que forman una V en dirección al mar.
    • Observación de una tortuga realizando una puesta.
    • Restos de huevos o ejemplares recién nacidos.

REFERENCIAS

  • Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía (2014). Varamientos de Especies Marinas Amenazadas. Guías prácticas voluntariado ambiental.
  • Gray, J (1997). Marine biodiversity: patterns, threats and conservation needs. Biodiversity and Conservation 6, 153-175
  • Hamann, M et al. ‘Climate Change And Marine Turtles’. The Biology Of Sea Turtles. Volume III. Jeanette Wyneken, Kenneth J. Lohmann and John A. Musick. 1st ed. New York: CRC Press, 2013. 353-378. Print.
  • Harrould-Kolieb, E. & Savitz, J. (2009). Acidificación: ¿Cómo afecta el CO2 a los océanos? Oceana
  • Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. Guía de buenas prácticas en las Zonas Especiales de Conservación de ámbito marino de Canarias. España. http://www.magrama.gob.es/es/costas/temas/proteccion-medio-marino/201311_guia_bbpp_web_tcm7-229984.pdf
  • Oceana (2006). Las tortugas marinas en el Mediterráneo. Amenazas y soluciones para la supervivencia. 38 pp.
  • Otero, M., Garrabou, J., Vargas, M. 2013. Mediterranean Marine Protected Areas and climate change: A guide to regional monitoring and adaptation opportunities. Malaga, Spain: IUCN. 52 pages.
  • Shigenaka, G (2010). Oil and Sea Turtles. Biology, planning and response. NOAA
  • Smith, T & Smith R (2007). Ecología. Pearson Educación (6 ed.)
  • Velegrakis, A., Hasiotis, T., Monioudi, I., Manoutsoglou, E., Psarros, F., Andreadis, O. and Tziourrou, P., (2013). Evaluation of climate change impacts on the sea-turtle nesting beaches of the National Marine Park of Zakynthos Protected Area. Med-PAN North Project, Final report, 81 pp.

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¿Cómo es la vida de una tortuga marina?

Ya hemos dedicado algunos artículos anteriores a hablar sobre las tortugas marinas. En concreto, sobre la tortuga boba (Caretta caretta). En las próximas semanas, me voy a dedicar a ampliar los contenidos sobre estos maravillosos animales marinos. En concreto, esta semana estará dedicado a explicar cómo es la vida de una tortuga marina, especialmente de la tortuga boba, y la próxima semana tratará sobre cuáles son las amenazas que ponen en peligro a estos animales y qué podemos hacer nosotros para salvarlas. 

INTRODUCCIÓN

La tortuga boba, como ya vimos en este artículo, es una de las 7 tortugas marinas del planeta. Tiene una distribución cosmopolita, siendo la más abundante del Mediterráneo, y se puede identificar por la presencia de un caparazón de entre 80 y 100 cm de longitud en forma de corazón con 5 escudos costales, de manera que el primero de éstos está en contacto con el escudo nucal (el de delante de todo del caparazón). Está en peligro de extinción según la IUCN (Unión Internacionall para la Conservación de la Naturaleza). La tortuga boba se alimenta principalmente de plancton gelatinoso como medusas durante la fase oceánica, pero prácticamente no consume de estas durante la fase nerítica, fase en la cual se alimenta principalmente de peces y calamares. Además, pueden consumir agua de mar porque tienen unas glándulas especiales de secreción de sal, situadas en la parte superior del cráneo. Como el resto de tortugas marinas, no puede esconder ni la cabeza ni las aletas dentro del caparazón.

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Claves de identificación de la tortuga boba (Caretta caretta) (Foto extraída de MarineBio).

¿CÓMO ES LA VIDA DE UNA TORTUGA MARINA?

En las tortugas marinas, los ciclos reproductivos son circadianos, es decir, se producen de manera regular a lo largo del tiempo. Esta periodicidad depende de cada especie, pero en el caso de la tortuga boba suele ser bianual, es decir, se reproducen aproximadamente cada dos años (o incluso cada tres). De todos modos, este ciclo no es estricto, pues hay factores que lo pueden reducir o ampliar, como por ejemplo la disponibilidad de alimentos o las enfermedades.

La conducta gregaria de muchas especies se debe a la capacidad de reconocer a los individuos de la misma especie. Para hacerlo, en la mayoría de casos usan el olfato, aunque también pueden utilizar la vista o el sonido. Durante el cortejo, cuando la hembra acepta al macho, éste le hace mordeduras en el cuello y en las extremidades anteriores y ella se coloca para la cópula. El macho se sitúa encima y la retiene con las uñas de las extremidades anteriores (en el caso de la boba, hay dos en cada una). El apareamiento tiene lugar en el mar y se suele realizar durante las primeras horas del día. Además, una misma hembra puede ser fecundada por diferentes machos.

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Apareamiento de la tortuga boba (Caretta caretta) (Foto: OceanWide Images).

El momento en que tiene lugar la puesta está influido por las fases lunares, las mareas, la temperatura y el viento, aunque se suele producir en verano en playas arenosas. Las hembras vuelven a poner los huevos en la misma playa donde nacieron, provenientes de las zonas de alimentación, que pueden estar a centenares o miles de kilómetros de distancia. Para orientarse y llegar a la playa donde nacieron, se cree que utilizan la memoria y se ayudan de las corrientes marinas, los cambios de temperatura, de las señales magnéticas y el sonido y olor de la playa.

Según las características de la playa, ésta será más o menos apta para la puesta de cada especie de tortuga. En el caso de la boba, ésta prefiere las playas abiertas o bahías, continentales o insulares, de poca profundidad, con una pendiente entre los 5-10º y con un oleaje tranquilo, las cuales están protegidas por la parte terrestre por arbustos y por la parte marina por barreras coralinas y rocosas. Además, esta especie, de la totalidad de la playa, suele poner los huevos al final de la primera terraza, en lugares libres de vegetación y lo suelen hacer al primer intento, es decir, no van de un punto a otro buscando el mejor lugar. Lo que es común en todas las tortugas es que la puesta tenga lugar por encima de la línea de marea máxima, pues el agua puede producir el abortamiento de los huevos.

Una vez localizado el punto, con las aletas anteriores hacen una cavidad para poner su cuerpo (llamada cama) y a continuación, con las aletas posteriores, excavan el nido y depositan los huevos en él. Durante el periodo comprendido entre la salida del agua y la excavación del nido, el animal es especialmente sensible y podría interrumpir el proceso en cualquier momento si se siento molesta. 

Las tortugas marinas no realizan una única puesta al año, sino que tiene lugar varias veces en cada ciclo de reproducción. En el caso de la boba, lo suelen hacer entre 2 y 4 veces al año, con unos 100 huevos de unos 40 gramos en cada puesta (aproximadamente la puesta pesa unos 4 kg). A pesar de ésto, debemos de tener en cuenta que el número de huevos producidos por la tortuga boba está limitado por la capacidad de almacenar los huevos de la hembra, que está relacionada con el tamaño de ésta. Se ha visto que entre puesta y puesta en un mismo ciclo no necesariamente hay apareamiento. Ésto significa que pueden guardar el esperma en su interior y aprovecharlo más tarde para fecundar más óvulos (lo que se conoce como fecundación retardada).

Tortuga en la fase de posta dels ous (Foto: Brandon Cole).
Tortuga en la fase de puesta de los huevos (Foto: Brandon Cole).

Una vez hecha la puesta, los huevos se incuban durante 50-60 días enterrados en la parte seca de la playa (en la boba). La eclosión es sincronizada y cuando salen a la superficie en pocos minutos ya están orientadas, gracias al pendiente de la playa, el sonido de las olas y la luz de la luna sobre el mar; para dirigirse hacia el mar.

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Cría de una tortuga boba (Caretta caretta) saliendo del huevo (Foto: Rewilding Europe).

Durante los primeros días de vida presentan una gran flotabilidad, de manera que hasta que no pasa un tiempo no se vuelven buceadoras. En las primeras semanas de vida, son transportadas por las corrientes marinas o giros, donde el alimento es abundante, de manera que tienen una vida pelágica. Si las tortugas son macho, lo más probable es que nunca más toquen tierra.

Cuando nacen, el caparazón es blando y, por este motivo, el número de ejemplares que sobrevivirá será sólo del 10% de los que salgan del huevo debido al gran número de depredadores, como cangrejos, tiburones y gaviotas. Durante el primer año tampoco dejan de ser vulnerable, pues sólo entre el 10 y el 30% de los animales conseguirá sobrevivir. Año tras año, la tasa de mortalidad se va reduciendo, debido al aumento considerable del tamaño y al endurecimiento del caparazón. Un estudio estima que de cada 10.000 huevos, sólo 10 llegarán a adultas y una morirá de vieja. 

Adult de tortuga babaua (Caretta caretta) (Foto: Deviant Art).
Adulto de tortuga boba (Caretta caretta) (Foto: Deviant Art).

Las tortugas marinas son grandes migradoras, especialmente cuando están en la fase juvenil. Una vez han abandonado la playa donde han nacido, durante los próximos 10 años de su vida estarán viajando grandes distancias. Nos será hasta que sean maduras sexualmente, entorno a los 15-30 años, que sus movimientos se reducirán, aunque continúan recorriendo grandes distancias. Las migraciones se producen entre las zonas de alimentación y las zonas de aparamiento y puesta de huevos.

Después de todo ésto, el ciclo vuelve a empezar con las nuevas puestas.

REFERENCIAS

  • Cardona L, Álvarez de Quevedo I, Borrell A, Aguilar A (2012). Massive Consumption of Gelatinous Plankton by Mediterranean Apex Predators. PLoS ONE 7(3): e31329. doi:10.1371/journal.pone.0031329
  • Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía (2014). Varamientos de Especies Marinas Amenazadas. Guías prácticas voluntariado ambiental.
  • CRAM: Caretta caretta
  • Dodd, C. Kenneth, Jr. 1988. Synopsis of the biological data on the Loggerhead Sea Turtle Caretta caretta (Linnaeus 1758). U.S. Fish Wildl. Serv., Biol. Rep. 88(14). 110 pp.
  • IUCN: Caretta caretta 
  • Márquez, R (1996). Las tortugas marinas y nuestro tiempo. México: IEPSA
  • Smith, T & Smith R (2007). Ecología. Pearson Educación (6 ed.)

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Estudio Baleària – 6 de mayo del 2015

El miércoles 6 de mayo, después de cuatro meses sin poder asistir a un avistamiento, colaboré en el Estudio y seguimiento de fauna marina del mar catalano-balear (Mediterráneo Noroccidental), organizado por BioMarina y patrocinado por Baleària. El equipo estuvo formado por Sara, Mireia, Sahra y yo mismo. El estudio empezó a las 14:21 des del puente de comando del buque Abel Matutes, en la ruta Palma de Mallorca – Barcelona, y finalizó a las 18:50.

Durante el rato en cubierta, aprovechamos para formar un poco a una nueva participante, Sahra, sobre los posibles avistamientos que se podían hacer en esta zona, tanto referente a los cetáceos como a las aves marinas.

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En cuanto a las condiciones meteorológicas del día, conviene destacar que empezamos con marejadilla a la salida de Palma, pero a medida que nos íbamos acercando a Cataluña iba mejorando. El viento sopló a una velocidad de entre 17 y 42 nudos, la visibilidad fue buena y había pocas nubes.

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En cuánto a los avistamientos de cetáceos, pudimos observar 2 rorcuales comunes (Balaenoptera physalus), de los cuales pudimos ver el solpo y pudimos ver gran parte del lomo (y la aleta dorsal). Referente a las aves, se avistaron 10 gaviotas platiamarillas (Larus michahelis) y una posible pardela balear (Puffinus mauretanicus). También se vieron 6 peces luna (Mola mola), un pez volador, un posible tiburón y una tortuga boba (Caretta caretta).

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¿Cómo salvar a las tortugas marinas del palangre?

Esta semana, en este artículo se habla de cómo podemos salvar a las tortugas marinas del palangre, pues muchas especies de tortugas marinas están en peligro debido a su captura accidental. 

INTRODUCCIÓN

La tortuga boba (Caretta caretta) y la laúd (Dermochelys coriacea) son las especies de tortuga marina que más se capturan con el palangre de superficie (Gilman et al. 2006), pero también se capturan el resto de tortugas marinas (Polovina et al. 2003). A pesar de que las capturas accidentales de estas especies son raras, el conjunto mundial tiene un efecto muy importante (Lewison et al. 2004). Aquí nos centraremos en las medidas para reducir la captura accidental en la tortuga boba por la extensa bibliografía disponible.

Caretta_Caretta_by_kailorTortuga boba (Caretta caretta) (Foto extraída de DeviantArt).

EL PALANGRE

El palangre es un arte de pesca consistente en una línea principal de la que cuelgan los anzuelos con cebo. Es uno de los sistemas de pesca más antiguos que se conocen. La línea principal puede medir entre unos cuantos centenares de metros hasta 50-60 km, con una distancia entre anzuelos que va desde un metro hasta los 50 m. A pesar de ser considerada como la pesca más selectiva que existe, ya que dependiendo del cebo y el tamaño el anzuelo utilizados se consigue pescar un tipo de pescado u otro, no está libre de capturas accidentales, entre las cuales encontramos aves marinas y tortugas marinas. 

longline-fishing-animationLa pesca de palangre, a pesar de ser muy selectiva, captura tortugas marinas (Foto de Sea Turtle Conservancy).

¿CÓMO SALVAR A LAS TORTUGAS MARINES DEL PALANGRE?

Reducción del tiempo de pesca

La reducción del tiempo en que el palangre está en el agua es efectivo en la boba, pero no en la laúd  (Watson et al. 2005), pero inviable económicamente por la reducción de las capturas de las especies objetivo.

Cambio de anzuelo

Las modificaciones en los anzuelos son las más efectivas. Los anzuelos más anchos reducen la captura de tortugas y la proporción de las que se tragan el anzuelo sin comprometer la viabilidad comercial del pez espada en el Atlántico Norte (Gilman et al. 2006), pero no es así en otras pesquerías. La forma determina la posición donde se une: en los anzuelos circulares lo hacen en la mandíbula o la boca y en los anzuelos en J lo hacen internamente. El cambio a anzuelos circulares reduce las capturas y la mortalidad después de la liberación (mortalidad retardada) en la tortuga boba porque tienden a ser capturadas cuando muerden en cebo y éste se engancha más externamente y es más fácil que se puedan liberar (Gilman et al. 2006; Bolten & Bjorndal 2005; Watson et al. 2003). El cambio en la forma es efectivo en ciertas pesquerías y áreas, como por ejemplo en el pez espada (manteniéndose las capturas (Piovano et al. 2009)) y en la de tintorera en las Azores (Bolten & Bjorndal 2005). Por lo tanto, los anzuelos circulares no reducen las capturas de las especies objetivo y suponen una inversión baja, pero dificultan su extracción por parte de los pescadores y suelen ser más frágiles respecto los anzuelos en J (Gilman et al. 2006). Así pues, la aplicación de anzuelos circulares en la pesca del pez espada en el Mediterráneo y en el Atlántico Noroeste puede representar una técnica sencilla y barata para disminuir las capturas de tortugas (Piovano et al. 2009; Watson et al. 2005; Gilman et al. 2006, 2007). La mortalidad directa de los anzuelos es baja, pues el 80% de las liberadas están vivas, pero la mortalidad retardada depende mucho de la posición del anzuelo (Camiñas & Valeiras, 2001).

bas09_n02_ac_01Tipo de anzuelo. (A) Anzuelo circular y (B) anzuelo en J (Foto extraída de Cicmar).

Cambio de cebo

El cebo es otro factor importante. Cuando es pescado, se reduce mucho la captura de tortugas bobas respecto de si es calamar, a la vez que aumentan las capturas de pescado espada cuando éste es el objetivo (Watson et al. 2005), porque se lo comen realizando pequeñas mordidas hasta que lo sacan del anzuelo y evita que se lo traguen, mientras que el calamar es más resistente y se lo tragan entero  (Watson et al. 2003, 2004). En el Mediterráneo y el Atlántico Noroeste, utilizar caballa mantiene las capturas de pez espada a la vez que se reducen las capturas de tortuga boba (Alessandro & Antonello 2010; Watson et al. 2005; Gilman et al. 2006, 2007), aunque disminuyen las capturas de atún rojo (Rueda et al. 2006; Rueda & Sagaraminaga 2008). Utilizar diferentes colores de cebo no parece ser una buena medida ya que no evitan las capturas (Swimmer et al. 2005; Watson et al. 2002).

Cambio de la profundidad de pesca y de la distancia de la costa

Ya que las tortugas bobas suelen bucear por encima de los 40 m, máximo hasta los 100 metros (Polovina et al. 2003), colocar el palangre por debajo de la profundidad de más abundancia reduce su captura (Rueda & Sagarminaga 2008), pero también reduce las especies objetivo según las pesquerías (Gilman et al. 2006) y si quedan atrapadas no pueden salir a la superficie y mueren ahogadas, de manera que aumenta la mortalidad directa. Según los pescadores, los anzuelos más cercanos a las boyas capturan más tortugas porque están a menos profundidad (Watson et al. 2002), de manera que estas líneas secundarias deberían de ser más largas. Las capturas de tortugas también dependen de la distancia de la costa  (Báez et al. 2007), de manera que debería de hacerse más allá de las 35 millas náuticas y no afectaría las capturas de pez espada (Alessandro & Antonello 2010).

Eliminación de las barras de luz

Las barras de luz deberían de estar prohibidas porque las atrae mucho (Alessandro & Antonello 2010).

Cambio de áreas de pesca

Ya que las tortugas marinas se agregan en áreas, la captura de una tortuga aumenta mucho la probabilidad de capturar más. Por este motivo, una buena medida sería la comunicación entre las diferentes embarcaciones y desplazarse una cierta distancia (100 km, por ejemplo) durante un período de tiempo (una semana, por ejemplo) para evitar capturar más (Gilman et al. 2007). Esta medida sería muy efectiva, pero supone un gasto de combustible adicional y la reducción del tiempo de pesca debido a los desplazamientos. También es podrían cerrar estas zonas estacionalmente o permanentemente, aunque es inviable económicamente, además de que puede hacer concentrar el esfuerzo pesquero en otras áreas donde pueden haber otros problemas y genera polémicas con los pescadores.

Seguimiento de la temperatura del agua

La tasa de captura de bobas aumenta en temperaturas por encima de los 22ºC, mientras que la captura de pez espada aumenta en temperaturas inferiores a los 20ºC. Por eso, sería indicado pescar en aguas de menos de 20ºC (Watson et al. 2005). De todas formas, en este caso sería importante controlar la presión sobre el pez espada.

Observadores pesqueros

Una buena herramienta de gestión es la presencia de observadores a bordo de las embarcaciones, como en la flota de palangre de pez espada de Hawaii (Gilman et al. 2007), los cuales registran el número de aparatos de pesca disponibles, los días de pesca, la posición de pesca y el número de tortugas capturadas (Álvarez de Quevedo et al. 2010).

JPE_TurtleUna buena herramienta de gestión es la presencia de observadores a bordo de las embarcaciones (Foto extraída de Journal of Applied Ecology).

¿CÓMO SE DEBEN LIBERAR LAS TORTUGAS ATRAPADAS?

Las buenas prácticas de los pescadores para liberar las tortugas son fundamentales: tienen que sacar el anzuelo de las tortugas con un aparato indicado y si no lo pueden sacar tienen que cortar el hilo tan cerca del ojo del anzuelo como puedan. Una vez atrapadas, cortar totalmente la línea secundaria del palangre disminuye su mortalidad ya que su presencia, por corta que sea, puede afectar a los intestinos (Casale et al. 2007).

Activists Free a TurtlePara liberar a las tortugas hay que cortar el hilo de tal manera que quedo el más corto posible (Foto extraída de Greenpeace).

CONCLUSIÓN

La efectividad y la viabilidad comercial de las estrategias para evitar la captura de tortugas bobas depende de la pesquería, del tamaño de la tortuga, el objetivo de pesca y otras diferencias entre flotas (Gilman et al. 2006, 2007). La combinación de anzuelos circulares y pescado como cebo es muy efectivo en reducir las capturas de bobas sin afectar a la especie objetivo. Estas modificaciones, junto con herramientas para sacar los anzuelos y los hilos de las tortugas, reducen las capturas accidentales y la mortalidad post-liberación.

REFERENCIAS

  • Alessandro L,  Antonello S (2010) An overview of loggerhead sea turtle (Caretta caretta) bycatch and technical mitigation measures in Mediterranean Sea. Rev. Fish Biol. Fisheries 20: 141-161
  • Álvarez de Quevedo I, Cardona L, De Haro A, Pubill E, Aguilar A (2010) Sources of bycatch of loggerhead sea turtles in the western Mediterranean other than drifting longlines. ICES Journal of Marine Science, 67: 000-000
  • Báez JC, Real R, García-Soto C, De la Serna JM, Macías D, Camiñas JA (2007) Loggerhead sea turtle bycatch depends on distance to the coast, independent of fishing effort: implications for conservation and fisheries management. Mar Ecol Prog Ser 338:249–256
  • Bolten A, Bjorndal K (2005) Experiment to evaluate gear modification on rates of sea turtle bycatch in the swordfish longline fishery in the Azores – Phase 4. Final Project Report submitted to the National Marine Fisheries Service. Archie Carr Center for Sea Turtle Research, University of Florida, Gainesville, Florida, USA.
  • Camiñas JA, Valeiras J (2001) Marine turtles, mammals and sea birds captured incidentally by the Spanish surface longline fisheries in the Mediterranean Sea. Rapp Comm Int Mer Medit 36:248
  • Casale P, Freggi D, Rocco M (2007) Mortality induced by drifting longline hooks and branchlines in loggerhead sea turtles, estimated through observation in captivity. Aquatic Conserv: Mar Freshw Ecosyst doi: 10.1002/acq. 894
  • Gilman E, Kobayashi D, Swenarton T, Brothers N, Dalzell P, Kinan-Kelly I (2007) Reducing sea turtle interactions in the Hawaii-based longline swordfish fishery. Biol Cons 139:19–28
  • Gilman E, Zollet E, Beverly S, Nakano H, Davis K, Shiode D, Dalzell P, Kinan I (2006) Reducing sea turtle bycatch in pelagic longline fisheries. Fish Fish 7:2–23
  • Lewison RL, Freeman SA, Crowder LB (2004) Quantifying the effects of fisheries on threatened species: the impact of pelagic longlines on loggerhead and leatherback sea turtles. Ecol Lett 7(3):221–231
  • Piovano S, Swimmer Y, Giacoma C (2009) Are circle hooks effective in reducing incidental captures of loggerhead sea turtles in a Mediterranean longline fishery? Aquatic conservation: marine and freshwater ecosystems. Published online in Wiley InterScience
  • Polovina JJ, Howell EA, Parker DM, Balazs GH (2003) Dive depth distribution of loggerhead (Caretta caretta) and olive ridley (Lepidochelys olivacea) turtles in the central North Pacific: Might deep longline sets catch fewer turtles? Fish Bull (Wash DC) 101:189–193
  • Rueda L, Sagarminaga R (2008) Reducing bycatch of loggerhead sea turtles in the southwest Mediterranean via collaborative research with fishermen. Poster presented to the 28th international sea turtle symposium Loreto, Baja California Sur, Mexico, 19–26 January 2008
  • Rueda L, Sagarminaga RJ, Báez JC, Camiñas JA, Eckert SA, Boggs C (2006) Testing mackerel bait as a possible bycatch mitigation measure for the Spanish Mediterranean swordfish longlining fleet. In: Frick M, Panagopoulou A, Rees A, Williams K (eds) Book of abstracts of the 26th annual symposium on sea turtle biology and conservation. Island of Crete, Greece, 3–8 April 2006
  • Swimmer Y, Arauz R, Higgins B, McNaughton L, McCracken M, Ballestero J, Brill R (2005) Food color and marine turtle feeding behaviour: Can blue bait reduce turtle bycatch in commercial fisheries? Mar Ecol Prog Ser 295: 273–278
  • Watson J, Foster D, Epperly S, Shah A (2002) Experiments in the Western Atlantic Northeast Distant Waters to Evaluate Sea Turtle Mitigation Measures in the Pelagic Longline Fishery. Report on Experiments Conducted in 2001. US National Marine Fisheries Service, Pascagoula, MS, USA
  • Watson JW, Epperly SP, Shah AK, Foster DG (2005) Fishing methods to reduce sea turtle mortality associated with pelagic longlines. Can J Fish Aquat Sci 62:965–981
  • Watson JW, Foster DG, Epperly S, Shah A (2004) Experiments in the western Atlantic Northeast Distant Waters to evaluate sea turtle mitigation measures in the pelagic longline fishery. Report on experiments conducted in 2001, pp 135
  • Watson JW, Hataway BD, Bergmann CE (2003) Effect of hook size on ingestion of hooks by loggerhead sea turtles. Report of NOAA National Maritime Fisheries Service, Pascagoula, MS, USA

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La tortuga boba (Caretta caretta)

La prensa catalana se ha hecho eco hoy de la localización de una puesta de tortuga boba en una playa de Tarragona (Cataluña). Es por este motivo que esta entrada está dedicada a dar algunos detalles sobre las tortugas marinas y de esta especie concreta.

Hay más de 200 especies de tortugas en el mundo, pero de éstas sólo 7 son marinas y forman un grupo monofiletico, es decir, forman un grupo que incluyen a todos los descendientes de un ancestro común. Estas 7 especies de tortugas marinas son: tortuga laúd (Dermochelys coriacea), la tortuga verde (Chelonia mydas), la tortuga carey (Eretmochelys imbricata), la tortuga boba(Caretta caretta), la tortuga kempi (Lepidochelis kempii), la tortuga olivácea (Lepidochelis olivacea) y la tortuga plana de Austrália (Natator depressus).La tortuga boba(Caretta caretta) es una especie presente en todos los mares y océanos del planeta, encontrándose tanto en mar abierto como en aguas poco profundas. Se puede diferenciar del resto por la presencia de una concha en forma de corazón con 5 escudos costales, de coloración entre marrón y roja, con la parte ventral (plastrón) de color amarillo, y con dos uñas por aleta.
carettaConviene no confundirla con la tortuga verde, la cual presenta sólo 4 escudos costales, aunque esta segunda habita en mares tropicales. Como el resto de tortugas marinas, no pueden introducir ni la cabeza ni las aletas en la concha. La figura siguiente permite la diferenciación de estas dos especies.
tortugues

Está en peligro debido a la interacción con la pesca de palangre y de arrastre, aunque con el tiempo se han aplicado medidas para paliar los efectos.

Las tortugas hembras son las únicas que salen a la playa y lo hacen para poner los huevos. Se trata de una especie notablemente filopátrica, es decir, las hembras tienden a reproducirse en aquellas playas donde han nacido, aunque no pasa en todos los casos. Cuando una hembra tiene que poner los huevos, sale de noche y excava un nido con las patas traseras de 50 cm de profundidad y pone entorno a 100 huevos. Pasados los 60 días, salen los nuevos individuos y miden entre 5 y 6 cm. Generalmente, eclosionan el 80% de los huevos, aunque es variable. Al no nacer todas las tortugas de golpe, hasta que no han eclosionado la mayoría, se esperan para salir a la superficie y lo hacen dirigiéndose hacia donde disminuye la temperatura (es decir, hacia arriba). Al salir a la superficie se dirigen haca el mar utilizando la luz de la luna. Es por este motivo que, como utilizan la luz, muchas veces se encuentran tortugas dirigiéndose hacia los paseos marítimos ya que la luz es más fuerte que el reflejo de la luna en el agua.

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