La historia de la vida está repleta de extinciones de diversos seres vivos, algunas masivas y popularmente conocidas, como la de los dinosaurios. La extinción es un proceso habitual, quizá necesario, en la evolución biológica. Aun así, la responsabilidad que tenemos la especie humana del elevado ritmo de extinciones en los últimos años es alarmante. Incluso se habla de una nueva era geológica, en la que el planeta a nivel global está cambiando debido a nuestra actividad: el Antropoceno. En este artículo conocerás cuatro mamíferos que existían hace apenas 300 años, pero ya no volveremos a ver nunca más en vivo. ¿O quizá sí?
LOS MAMÍFEROS EXTINGUIDOS MÁS RECIENTEMENTE DEBIDO A LOS HUMANOS
1. EL TILACINO
Empezamos por el tilacino, lobo marsupial o tigre de Tasmania (Thylacinus cynocephalus). Bajo esta variedad de nombres, se encuentra un animal más próximo a los canguros y koalas que a los tigres o lobos: el tilacino era un marsupial originario de Australia.

El tilacino era un cazador solitario y crepuscular, que atrapaba a sus presas mediante emboscadas, ya que no era muy veloz. Una característica única era la capacidad que tenía para abrir la boca: las potentes mandíbulas podían abrirse en un ángulo de 120 grados. Obsérvalo en el siguiente vídeo:
De la misma manera que el resto de marsupiales, las crías no nacían directamente, sino que terminaban de desarrollarse en el marsupio (la popularmente conocida como “bolsa”) de la madre.
Extinción y protección del tilacino
El último ejemplar salvaje conocido fue cazado en 1930, y en 1933 murió el último ejemplar cautivo en un zoo, 125 años después de su descripción (1808). Existen diversas hipótesis sobre su extinción:
- Caza intensiva: Igual que pasa actualmente con el lobo en España, el lobo marsupial fue acusado de matar ganado, por lo que se ofrecían recompensas por animal abatido. Estudios posteriores han concluido que su mandíbula no era lo suficientemente fuerte como para matar una oveja adulta.
- Reducción del hábitat y de las presas: con la colonización de Australia su hábitat y presas habituales se vieron reducidos.
- Introducción de especies invasoras y enfermedades: la colonización también suposo la introducción de especies que competían con el tilacino (perros, zorros…) y enfermedades nuevas a las que no estaba inmunizado.
La protección de la especie se aprobó 59 días antes de la muerte del último ejemplar, una ley a todas luces tardía e insuficiente.
Si quieres saber más sobre el tilacino te invitamos a leer el artículo que le dedicamos hace 4 años: El tilacino: nosotros lo extinguimos.
2. LA QUAGGA
La cuaga o quagga (Equus quagga quagga) se trataba de una subespecie de cebra que habitaba las llanuras de Sudáfrica. La mitad anterior del cuerpo poseía las típicas rayas negras y blancas de la cebra, que se iban difuminando para dar lugar a un color marronáceo en su parte posterior, por lo que en un principio se creyó que era una especie separada de la cebra común (Equus quagga). Las patas eran blancas.
Su extraño nombre pertenece a la onomatopeya en la lengua de los Khoi del ruido que hacían las cuagas.

Extinción y recuperación de la quagga
El último ejemplar salvaje murió en 1870, y el último en cautividad murió en 1883 en el zoo de Amsterdam, solo 98 años después de su descripción (1785). Aunque la quagga se empezó a cazar por parte de los colonos holandeses para utilizar su carne y piel, la disminución de su población se vio acelerada hasta la extinción ante la caza intensiva para exterminar los animales salvajes de la zona y así utilizar los pastos para el ganado doméstico.

En su momento no se hizo ningún esfuerzo de conservación. Es más, no se supo que la quagga del zoo de Amsterdam era la última existente. Sin embargo, la quagga tiene el dudoso honor de ser la única especie extinta que ha “vuelto a la vida” gracias a un proyecto llamado The Quagga Project que se inició en 1987. Cuando se descubrió que la quagga no era una especie separada de la cebra, sino una subespecie, se secuenció su ADN y se comparó con el de la cebra. Al fin y al cabo, si eran subespecies, las cebras debían tener en sus genes ADN de las quaggas. Mediante la cría selectiva de cebras con tendencia a la desaparición de las rayas, algunas quaggas se encuentran pastando actualmente en campos del norte de Sudáfrica.
Aunque la primera técnica en la que se piensa para la recuperación de especies extintas es la clonación, en el caso de la quagga ha sido posible mediante la reproducción de cebras seleccionadas gracias al ADN de quagga conservado en su genoma, aunque no sean quaggas 100% idénticas a sus antepasadas extintas.
En este vídeo puedes ver quaggas actuales y el proceso de investigación seguido para “resucitarlas” (subtítulos en inglés):
3. VACA MARINA DE STELLER
La vaca marina de Steller (Hydrodamalis gigas) era un sirenio, es decir, un mamífero marino del mismo orden que los manatís y el dugongo. Se distribuía por el mar de Bering, cerca de Kamchatka (este de Rusia). Medía hasta 8 metros de largo y pesaba 5 toneladas.

A diferencia del resto de sirenios, que habitan en el océano Índico y parte del Pacífico, la vaca marina de Steller habitaba en aguas frías, poseía menos dientes y era el mejor sirenio adaptado a la vida marina. Era totalmente herbívora (algas y plantas).
Extinción y conservación de la vaca marina de Steller
La vaca marina de Steller posee el triste récord de ser el animal más rápido en extinguirse desde su descubrimiento en 1741: tan solo 27 años. La causa vuelve a ser la caza indiscriminada por parte de cazadores de focas y balleneros, para lucrarse con la piel, carne y grasa. Sin apenas depredadores, las vacas marinas fueron presas fáciles. No se hizo ningún esfuerzo de conservación de la especie.
Actualmente solo existen unos 20 esqueletos y pocas muestras de piel.
4. RINOCERONTE NEGRO OCCIDENTAL
Terminamos la lista de mamíferos extintos recientemente con el rinoceronte negro occidental (Diceros bicornis longipes), una subespecie del rinoceronte negro. Medía casi 4 metros de largo y podía llegar a pesar 1,3 toneladas. Como todos los rinocerontes, eran herbívoros.

Extinción y conservación del rinoceronte negro occidental
Habitaba en la sabana del centro-oeste de África hace tan solo 8 años (la UICN lo declaró extinto en 2011). La causas de su extinción fueron:
- Pérdida de hábitat.
- Matanzas por parte de granjeros para proteger sus cosechas.
- Y sobre todo la caza furtiva, principalmente para comercializar con sus cuernos y como trofeos de caza. Los cuernos de los rinocerontes se utilizan en la medicina tradicional china, al que se le atribuyen propiedades medicinales, propiedades sin ninguna evidencia científica. Si quieres conocer más animales amenazados debido a esta actividad, te invitamos a leer Los cinco animales más amenazados por la medicina tradicional china.
De los 850.000 ejemplares censados a principios de siglo XX, entre 1960 y 1995 los furtivos redujeron la población en un 98%. En 2001, solo quedaban 5 rinocerontes vivos. A pesar de las medidas de conservación tomadas a principios del siglo XX, la lucha contra la caza y aplicación de sentencias contra los furtivos fueron decayendo con el tiempo, lo que condujo a la desaparición de la subespecie.

Otra subespecie de rinoceronte se ha extinguido en los últimos años: el rinoceronte negro del sur (Diceros bicornis bicornis) desapareció en 1850 debido a la caza excesiva y destrucción del hábitat. El resto de subespecies están críticamente amenazadas.
PARA REFLEXIONAR
La lista de animales extintos en época histórica y a causa de la acción humana no deja de crecer. Algunos, como el delfín chino de de río o Baiji (Lipotes vexillifer), se ha declarado extinto en más de una ocasión. Actualmente la UICN lo tiene categorizado como críticamente amenazado-posiblemente extinto, aunque no hay evidencias sólidas de su existencia desde 2007. La vaquita marina (Phocoena sinus) puede ser la siguiente, con solo 12 ejemplares detectados en 2018.

A pesar de que los animales, y sobre todo los mamíferos, contienen las especies más icónicas que la opinión popular quiere conservar, no hay que olvidar el valor biológico de otras especies de animales, plantas, hongos e incluso bacterias de las que deberíamos evitar su extinción. En un futuro artículo daremos a conocer algunas de estas especies.